Si alguna vez os habéis preguntado esto o alguien os lo ha consultado podríamos decir en resumen que serían las siguientes cuestiones: evaluar, diagnosticar, explicar, tratar, modificar y prevenir. Estas funciones incluyen, en general, la práctica totalidad de la actividad normalmente desempeñada por el psicólogo que trabaja en este ámbito, con la excepción, quizás, de la deseable actividad investigadora que los psicólogos clínicos y de la salud también deberían realizar en sus respectivos ámbitos aplicados.
1. Evaluación: consiste en la reunión de información relativa a los repertorios conductuales, el funcionamiento cognitivo y el estado emocional de las personas. La evaluación implica frecuentemente a más de una persona pudiendo tomar, a veces, como objetivo central dos o más, como por ejemplo, una pareja, una familia u otros grupos o colectivos. Esta información puede ser empleada para el diagnóstico de problemas psicológicos, la elección de técnicas de intervención y tratamiento, la orientación vocacional, la selección dela selección de candidatos a un puesto de trabajo, etc. En general, los instrumentos más usuales son algún tipo de test, cuestionarios, entrevistas, observaciones y aparatos psicofisiológicos.
2. Diagnóstico: identificación y rotulación del problema comportamental, cognitivo, emocional o social, de la persona, grupo o comunidad de que se trate. Debe entenderse como “resultado” del proceso de evaluación psicológica. En el ejercicio de esa función, el psicólogo clínico y de la salud habrá de tomar decisiones (posible diagnóstico, tratamiento, etc).
3. Tratamiento e Intervención: intervenciones clínicas sobre las personas con el objeto de entender, aliviar y resolver trastornos psicológicos. Se entiende que todo tratamiento o intervención supone algún tipo de relación interpersonal y situación social. Estas formas de ayuda pueden denominarse psicoterapia, terapia o modificación de conducta, terapia cognitiva (o cognitivo-conductual), terapia psicoanalítica, terapia sistémica, terapia existencial (fenomenológica o humanística), consejo o asesoramiento psicológico. La prestación del tratamiento puede ser en aplicación individual, en pareja o en grupo.
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