Vendar una mano no es complicado, si bien no tener experiencia en ello puede hacer que lo parezca. En este artículo vamos a dar indicaciones generales que resultarán prácticas para orientarnos al respecto, así como normas básicas para realizar el vendaje en la mano.
Antes de entrar en materia, es importante tener en cuenta que el tipo de vendaje dependerá del objetivo que tengamos al hacerlo. Por ejemplo, no es lo mismo un vendaje que se hace para detener un sangrado o limitar un edema que para proteger una herida abierta de una infección o para inmovilizarla tras sufrir un shock. E igualmente, la ubicación del miembro depende una técnica concreta, con lo que nos centraremos en la que corresponde a la mano.
Algunas normas generales para vendar una mano
De forma general, evitaremos comenzar o terminar un vendaje al nivel de la herida, en caso de haberla. Sin embargo, si se trata de controlar una hemorragia, ayudará a detener el sangrado realizando el nudo en el mismo sitio de la herida.
La venda, por otro lado, no se aplicará directamente sobre la herida, que debe estar aislada mediante una gasa. También es importante que apriete, pero solo lo justo, y que los dedos permanezcan despejados para ayudar a la circulación sanguínea.
Antes de vendar una mano, procedamos a quitar anillos, pulseras y relojes. Por último, la elección del tipo de venda dependerá del tipo de vendaje a realizar, siempre que podamos elegir.
Las más suaves, de tipo rollo, si bien no elásticas, suelen usarse para cubrir apósitos o esparadrapos, manteniéndolos en su lugar. Por contra, las vendas elásticas con adhesivo son idóneas para sostener una articulación dolorosa, una extremidad; o mantener un vendaje en su lugar. De igual manera, pueden ser útiles para inmovilizar la muñeca o una parte de la mano. En estos casos, estaremos hablando de una venda de sujeción, y ésta deberá cubrir más allá del lugar donde se ha producido la lesión para evitar daños en la parte lesionada.
Vendar manos, paso a paso
Para el vendaje de la mano: comenzaremos dando dos vueltas alrededor de la muñeca y, a continuación, llevaremos la venda debajo de los dedos hacia el dedo meñique. Es entonces cuando rodearemos los cuatro dedos de la mano.
A continuación, volveremos a la muñeca y repetiremos el procedimiento varias veces para, finalmente, dar dos vueltas en espiral alrededor de la muñeca.
Si queremos vendar un dedo de la mano, comenzaremos igual. Es decir, daremos unas vueltas alrededor de la muñeca, para después conducir la venda en diagonal, por el dorso de la mano, hasta el dedo y rodeándolo. Entonces haremos unos cuantos giros, en torno a 6 u 8 alrededor del dedo para bajar luego hasta la muñeca. Repetiremos, subiendo a lo largo del delo y bajando, para terminar con algunas vueltas en la muñeca.
Por precaución, estemos atentos a posibles cambios de color de la mano y engrosamiento de dedos y mano en general, en cuyo caso podría deberse a que el vendaje está demasiado apretado. La mejor manera de prevenirlo es confirmar que el vendaje no aprieta no solo nada más colocarlo, sino al cabo de un rato, así como dejando libres los dedos, tal y como apuntamos.
En el caso de que lo esté, sencillamente lo desharemos y volveremos a iniciarlo de nuevo. Y, por otra parte, vigilemos que el vendaje es confortable para el paciente. Tanto como sensación general como a la hora de hacer movimientos, en caso de estar aconsejados por el tipo de herida o lesión de que se trate.
Y no olvidemos nunca que la consulta con el médico o el traumatólogo es fundamental en caso de dolor agudo.
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