"Las problemáticas relacionadas con la COVID-19 son los trastornos de ansiedad, las fobias y miedos, y la depresión ante las pérdidas y limitaciones que la sociedad impone para protegernos del virus. Las personas mayores son las que más riesgo corren y las más afectadas."
Andrés Gaspar de Andrade es psicólogo, con formación en terapia de pareja, terapia familiar, mindfulness y yoga. En su consulta atienda a pacientes infantiles, adultos y personas de la tercera edad.
Lo que ha cambiado en mi trabajo diario ha sido mi disposición y la de mis pacientes a trabajar online. Todos hemos visto que se puede trabajar desde casa y que además tiene sus ventajas: tiempo, dinero, comodidad, seguridad.
Los inconvenientes son los derivados de la distancia y la falta de presencia física y real de los participantes. La presencia nos predispone a ser más reales, a mostrarnos más, a reconocer mejor las expresiones en el rostro de quienes tenemos delante. En mi consulta puedo cuidar mejor de mis pacientes. Ver cómo llegan, cómo vienen vestidos, qué energía traen hoy. Todo esto se diluye y se pierde en los encuentros o sesiones virtuales. El esfuerzo que supone salir de tu trabajo o de tu casa y acudir a la consulta y reunirte con tu psicólog@ es parte del tratamiento.
En mi experiencia, cada persona está viviendo esta pandemia de un modo diferente. Aunque hay puntos comunes como el miedo, la incertidumbre, la preocupación o el dolor; las vivencias y las circunstancias personales nos hacen vivir esta situación de un modo diferente a cada uno.
Tengo pacientes, conocidos y familiares que se infectaron y han visto la muerte muy de cerca y algunos han fallecido. Otros han salido en pleno confinamiento de una crisis personal grave e importante; unos terceros han vivido los meses de confinamiento como una parada obligatoria de la que han aprendido y se han dado cuenta del modo en que venían viviendo y la importancia de parar y reflexionar sobre nuestros pasos y nuestro camino. Much@s nos hemos parado a pensar sobre lo que tenemos y lo que somos, sobre lo que de verdad es importante en nuestras vidas. Tod@s hemos comprendido que somos vulnerables y que la salud no es un derecho sino un privilecio. Que hoy estamos sanos pero mañana podemos estar enfermos; nosotros o nuestros seres más queridos.
También yo he reflexionado sobre el modo en que venimos viviendo y tratando a la Naturaleza y he pensado que puede existir una relación entre nuestra actual forma de vida y la aparición de este nuevo virus. Ante todas las cosas que suceden a mi alrededor, me gusta hacerme la siguiente pregunta: ¿Qué parte de responsabilidad tengo yo en esto que ha sucedido?
Las problemáticas relacionadas con la COVID-19 son los trastornos de ansiedad, las fobias y miedos, y la depresión ante las pérdidas y limitaciones que la sociedad impone para protegernos del virus. Las personas mayores son las que más riesgo corren y las más afectadas. El duelo que viven los mayores infectados y sus familiares se ve agravado por las medidas de aislamiento que impiden a los familiares acercarse a sus mayores y acompañarles en la enfermedad.
Para los infectados que deben permanecer aislados, entretenimientos como la lectura han demostrado ser de gran ayuda. Para los familiares que no pueden acudir a visitar y estar con sus mayores enfermos, la comunicación por teléfono, por videoconferencia, por correo electrónico e incluso por el correo tradicional, son bueno sustitutos al contacto real. Escribir una carta a nuestros mayores contándoles cosas de nuestra vida diaria y expresándoles nuestros sentimientos puede ser muy valioso para ellos. Es un buen momento para escribir a nuestros mayores y mantenernos bien cerca de ell@s.
Las personas infectadas por el covid-19, cuando han tenido que ingresar en el hospital y/o permanecer algunos días en la UVI, regresan a sus casas, con frecuencia, con síntomas de estrés postraumático como insomnio, pesadillas, miedos y ansiedad ante la idea de salir a la calle y estar en contacto con otras personas. El tratamiento en estos casos es la exposición progresiva a las situaciones temidas para ir superando los miedos y recuperando calidad de vida. La familia puede ayudar mucho si reciben unas pautas y una guía sobre la situación y necesidades del familiar afectado.
Sí se ha visto afectada. La comunicación con mascarilla es más difícil. Tengo una paciente extranjera que lleva muchos años viviendo en España y me dice que con la mascarilla le resulta muy difícil entender a las personas. La visión del rostro completo y de la boca nos ayuda a entender el mensaje tanto en su contenido como en su forma.
El lenguaje no verbal que nos llega a través del rostro (ojos y boca en especial), las manos, el cuerpo y el tono, volumen y ritmo de la voz del emisor; es un aspecto de la comunicación que l@s psic@log@s tenemos muy presente para entender, empatizar y conectar con los pacientes. Este aspecto del lenguaje es el que se ve afectado con una mascarilla y también en las sesiones virtuales.