"No está en la naturaleza humana vivir confinados, y por lo tanto todos somos susceptibles de desarrollar problemas psicológicos derivados de este encierro... Ahora, por la crisis sanitaria y el confinamiento consecuente, las terapias online son casi la única opción... hay un aumento importante de pacientes del gremio sanitario, que viéndose desbordados por la emergencia sanitaria, han precisado de nuestra orientación"
Fabián Gala Delhauteur es psicólogo titulado por la Universidad de Almería. Ejerce de hace 20 años y es experto en Terapia Cognitivo Conductual. Cuenta con acreditación como Psicólogo Generalista Sanitario y está colegiado por el Colegio Oficial de Psicólogos de Andalucía Oriental (COPAO).
En la Clínica Psicológica Mediterráneo de Almería, llevamos años utilizando la terapia online, pero en la mayoría de los casos, ha estado enfocada como complemento, o seguimiento de un tratamiento psicológico presencial.
En esta época de confinamiento, nuestro gabinete, por ser un servicio sanitario, podía proseguir su actividad y continuar las consultas presenciales, pero tanto por la seguridad de nuestros usuarios, como del propio equipo de psicólogos, decidimos prestar nuestros servicios exclusivamente online, hasta que la emergencia sanitaria desaparezca.
Hemos constatado que el perfil de nuestros usuarios se ha ampliado. En estos momentos, por ejemplo, hay un aumento importante de pacientes del gremio sanitario, y también de miembros de las fuerzas de seguridad del estado, que viéndose desbordados por la emergencia sanitaria, han precisado de nuestra orientación.
Quizás por la naturaleza de sus trabajos, muchos de estos profesionales inhiben sus emociones, lo que frecuentemente supone un hándicap, pues cuando regresan a sus casas, se “liberan”, produciéndose un estallido emocional, que les afecta en su ámbito privado (pareja e hijos principalmente). Algunas personas de estos sectores nos manifiestan que en otras circunstancias quizás no se hubieran visto tan apremiados en recurrir a los servicios de un psicólogo.
Nos permite mantener un contacto regular y continuado con aquellos pacientes que, por razones laborales o académicas, se ven obligados a desplazarse con cierta frecuencia a distintos puntos de España o Europa. Por ejemplo, tenemos estudiantes “Erasmus”, que en su momento iniciaron sus terapias presenciales en nuestra consulta, y que la continúan online con nosotros.
Por otra parte, y dado que, en nuestra consulta, tenemos gran flexibilidad horaria, los pacientes siempre pueden encontrar huecos en sus agendas para sus sesiones, además se ahorran tiempo (y dinero) en los desplazamientos físicos, que antes si hacían cuando venían a nuestro gabinete.
Ahora, por la crisis sanitaria y el confinamiento consecuente, las terapias online son casi la única opción. En general, hemos constatado que las terapias online son una buena alternativa para personas con determinados trastornos psicológicos como por ejemplo en problemas de ansiedad, y depresión.
A ciertos sectores de la población, las terapias online les resultan inaccesibles, por ejemplo, personas de edad avanzada, que no se desenvuelven bien con las nuevas tecnologías, pero también los niños pequeños, en estos casos no realizamos sesiones online directamente con ellos, aunque si asesoramos a los padres a cómo manejar a sus hijos en esta situación de confinamiento, por ejemplo.
Por otra parte, como en cualquier intervención psicológica, lo fundamental es lograr una buena alianza terapéutica con el usuario de nuestros servicios, la cual está basada en la motivación del propio paciente, las habilidades del psicólogo, y la confianza que genera el psicólogo en la comunicación con el paciente. Aquí radica la mayor dificultad, y es que en las videoconferencias se pierde algo de la comunicación no verbal; y esta es importante para conseguir esa proximidad con el terapeuta. En cualquier caso, he observado que este hándicap es bastante menor en “nativos digitales”, pues están más acostumbrados a este tipo de interacciones online.
No está en la naturaleza humana vivir confinados, y por lo tanto todos somos susceptibles de desarrollar problemas psicológicos derivados de este encierro. Nos preocupan especialmente los mas pequeños de la casa, y los adolescentes. Estos grupos de población son especialmente vulnerables. El adolescente por naturaleza ve muy lejana la enfermedad, y más aún, la muerte. Según su grado de madurez, algunos no llegan a entender la gravedad de esta crisis sanitaria, por lo que perciben el confinamiento como un castigo, lo que se traduce en muchas conductas disruptivas, generando un muy mal clima en los hogares en los que habitan.
Por otra parte, constatamos un agravamiento de las personas con patologías psicológicas preexistentes. Los que presentan rasgos ansiosos, han terminado desarrollando ansiedad generalizada, y en los que sufren trastornos del estado de ánimo, hemos visto como sus cuadros depresivos han ido empeorando notablemente. En las personas con trastornos por impulsividad (ludopatía) y adicciones también hay retrocesos.
La psicoterapia online será una opción más conocida e incluso aumentará su demanda, aunque espero que no llegue a sustituir las terapias presenciales.
Tras el Covid-19, todos haremos un balance. Habrá quien se haya dado cuenta de lo que realmente es importante en su vida, y cambiará sus prioridades. Otros, habrán perdido personas, cosas, y se sentirán abatidos. En otros, despertará el resentimiento…En cualquier caso, será importante un buen reconocimiento y gestión de las emociones propias y ajenas.
La gente deberá aprender a “ocuparse” en el presente, no quedándose anclada en el pasado, ni distrayéndose con preocupaciones por supuestos eventos negativos que pudieran surgir. Habrá que proyectarse en el futuro con esperanza, y eso lo haremos desde el presente, ese presente es ya…y aquí estaremos los psicólogos para ayudar.