"En lo relacionado directamente con la interacción erótica lo más frecuente son las dificultades para llegar al orgasmo. En el caso de mujeres cis, lo que conocemos como deseo sexual hipoactivo, mientras que para los hombres cis lo más común es que acudan a terapia por disfunción eréctil."
Elena Herráez Collado es psicóloga y CEO de Psikigai. Cuenta con Máster en Psicología Clínica y de la Salud, y también en Sexología, Educación y Asesoramiento Sexológico. Está especializada en terapia de pareja, terapia sexual, crisis suicida, ansiedad, depresión, problemas de autoestima, entre otros.
Siempre he tenido una especial sensibilidad hacia los problemas y dificultades de otras personas. Me llamaba la atención lo diferente, aunque no siempre pudiera entenderlo. Y aunque quizás suene un poco manido, una de las cualidades que los demás siempre han destacado de mí es que sé escuchar. Según fui creciendo me empezó a atraer querer saber más sobre cómo pensamos las personas, cómo funciona la mente humana. Fue entonces cuando me decidí por estudiar psicología, ya sabiendo que sería algo en lo que jamás dejaría de formarme.
Desde que me dedico a la terapia en el ámbito clínico siempre he tenido presente la idea de desarrollar un proyecto de intervención multidisciplinar en salud mental. Y aunque de momento trabajamos en el centro solo psicólogas, el punto en el que estamos ahora es el primer ladrillo para construir algo tan ambicioso como bonito en un futuro.
Hace tiempo, pensando en qué nombre podría tener este “sueño” empecé a indagar sobre palabras en japonés. Tras haber viajado allí, soy conocedora de la gran base filosófica y trascendental que hay en sus conceptos y su cultura. Y es entonces cuando conocí el “Ikigai”. Ikigai es un concepto japonés que significa “tu razón de ser, el motivo por el cual te levantas todas las mañanas”. Buscar tu Ikigai es buscar el sentido de tu vida. Y creo que la terapia psicológica tiene mucho de esto, de aprender, de crecer y de dar sentido a cada día. Así que unido a la “Psi” de nuestra profesión, es como nace Psikigai Psicología.
En situaciones de crisis y emergencias la intervención que realizamos es inmediata, con el principal objetivo de que la persona recupere la capacidad para afrontar el suceso a través de sus diferentes recursos de afrontamiento. Son situaciones generalmente de mucha activación o bloqueo, donde la persona no siempre entiende qué le sucede. Por eso lo primero siempre va a ser contextualizar esas reacciones como normales dentro de lo que está pasando.
Respecto al suicidio, es una situación que debemos abordar de forma urgente, independientemente del contexto en que identifiquemos que la persona tiene ideas suicidas. Es importante facilitar que se hable de ello y elaborar un plan de acción para gestionar la crisis, mientras se van valorando alternativas para lograr aquello que se buscaba con la muerte como posible opción: reducir el sufrimiento y sentirse mejor.
La sexología es un campo muy amplio, que abarca no solo lo que conocemos como “el sexo que se hace” sino todo lo que implica la sexualidad y el proceso de sexuación de las personas.
Actualmente estoy trabajando con varias personas trans, algunas menores, que están teniendo dificultades en su proceso de identificación y transición. Muchas de estas dificultades están más relacionadas con los conflictos derivados de una mala aceptación social y la estigmatización que tienen que enfrentar.
Por otra parte, respecto a lo relacionado directamente con la interacción erótica (“el sexo que se hace”), desde mi experiencia, lo más frecuente son las dificultades para llegar al orgasmo. En el caso de mujeres cis, he tenido casos de lo que conocemos como deseo sexual hipoactivo, mientras que para los hombres cis lo más común es que acudan a terapia por disfunción eréctil.
En terapia de pareja trabajamos siempre con ambos miembros, de manera que “nuestro paciente” es la propia relación de pareja. Pero también dejamos un espacio individual porque en muchos casos hay dificultades personales que pueden influir, o bien aspectos que inicialmente cuesta más expresar delante de la otra persona.
En este contexto nuestro papel como psicólogas está más relacionado con la mediación. Recogemos información de ambas partes, acogiendo fortalezas y aspectos a mejorar de forma equitativa. También ayudamos a poner en palabras lo que cada uno siente hacia el otro y la relación, facilitando que puedan llegar a entenderse mejor. Y por supuesto, trabajamos con estrategias específicas para lograr cada uno de los objetivos, que suelen estar muy relacionados con la comunicación y gestión emocional y el refuerzo de las interacciones positivas en pareja.
Me encantaría dar un sí rotundo, ya que la mayoría de las dificultades en esta área tienen que ver con la interacción y la diferencia en las demandas. Sin embargo, nos tenemos que conformar con un “Sí, en la medida de lo posible”, si hay pareja lo ideal es que acudan de manera conjunta. Sin embargo hay casos en los que la persona con dificultades no tiene una pareja estable o de confianza como para compartir una terapia, o bien la pareja no quiere acudir porque no lo ve como algo en lo que deba implicarse directamente. La experiencia nos dice que cuando se implican ambos miembros se avanza de una forma más efectiva, al conocer más sobre el problema y crear un clima de comprensión.
Y mi mejor recomendación es que no lo dejen pasar. Son dificultades que vivimos muchas veces con vergüenza y pueden llegar a convertirse un tabú. Abordarlas a tiempo generalmente es sinónimo de una mejora y satisfacción en la relación de pareja y el bienestar personal.