"Recomiendo acudir a un sexólogo cuando se tienen dudas sobre sexualidad, o hay algún aspecto de la misma que esté creando un malestar significativo para la persona... Vale la pena mejorar en ese campo personal porque está estrechamente relacionado con nuestra calidad de vida."
Paola Obrador es Licenciada en Psicología por la Universitat de les Illes Balears, con Máster en Orientación y Terapia Sexual realizado en la Fundación Sexpol, y en Psicooncología por la Universidad Complutense de Madrid. Además es experta en análisis psicosocial de la violencia de género, con formación en la UIB.
Cuenta con años de experiencia en el tratamiento de problemas sexuales y de pareja, problemas de ansiedad y estrés, depresión, baja autoestima, y adaptación a cambios o crisis vitales.
Como siempre digo, decidí que quería ser psicóloga a las 13 años. Tuve la suerte de tenerlo claro desde tan jovencita. ¡Y estoy feliz con esa idea que tuve en mi pubertad! Mi motivación fue ayudar a las personas y cuando descubrí que podías hacerlo a través del habla y la escucha, ¡eso me terminó de convencer!.
Lo de la sexología llegó más de casualidad... Tuve la oportunidad de empezar a estudiar la especialidad incluso antes de terminar la carrera, y fue, una vez iniciada, cuando me enamoré. Me encanta y me hace feliz profesionalmente ayudar a las personas en ese aspecto tan importante y, muchas veces, tan poco valorado desde un punto de vista clínico.
Suena a tópico, pero es verdad: ayudar a los demás. Ser psicóloga me parece una de las mejores formas de contribuir a que esta sociedad sea más sana y se sienta mejor.
Hay diversos, tanto en pareja como individualmente: problemas de deseo, disfunción eréctil, problemas de excitación, anorgasmia, vaginismo, dolor en la penetración, eyaculación precoz o retardada, etc.
Cuando se tienen dudas sobre sexualidad o hay algún aspecto de la misma, sea en el terreno individual o en compañía, que esté creando un malestar significativo para la persona. A veces se tratará de un tratamiento al uso, y otras veces simplemente una o dos sesiones, pero vale la pena mejorar en ese campo personal porque está estrechamente relacionado con nuestra calidad de vida.
El duelo y la adaptación a las pérdidas significativas es un proceso psicológico que puede resultar arduo y suele ir acompañado de sufrimiento emocional. Se deben pasar por diversas fases y, en muchas ocasiones, un acompañamiento terapéutico puede ayudar a acelerarlas y hacerlas más llevaderas.
Respecto a las diferentes respuestas en función del género, sobre todo por los condicionantes sociales que históricamente han permitido más a la mujer expresar sus emociones, es habitual que ellas tengan menos dificultad para acudir a consulta, se muestren menos reticentes y puedan progresar algo más rápido. No podemos generalizar en exceso, pero es frecuente que los varones sean más reticentes a recibir ayuda y tengan procesos algo más lentos por la dificultad en identificar y expresar las emociones, y en darse permiso para sentirlas y compartirlas.
Por supuesto. Hay muchos recursos a nuestro alcance para conseguirlo, porque una situación no nos afecta emocionalmente por sí misma, sino que depende en gran medida de las creencias que tenemos instaladas sobre nosotros/as mismos/as, los demás y el entorno. Al cambiar eso, en muchas ocasiones cambia la forma de ver la situación y se la puede dotar de un nuevo significado.