"Es muy reconfortante ver cómo la persona va descubriendo su camino"
Ana Fernández Chaves es psicóloga sanitaria, especializada en Psicoterapia Dinámica. Cuent con experiencia profesional en los campos de Terapia Individual y Terapia de Parejas, así como Terapia Familiar.
Sus terapias tienen una Orientación Sistémica, englobando la relación del individuo consigo mismo, así como con su entorno.
¿Cómo decidiste dedicarte a esta profesión?
Empecé a estudiar psicología siendo licenciada en Publicidad. Desde el inicio había tenido la espinita y sentía que era la profesión que soñaba, ayudar a los demás a entenderse consigo mismos y con los otros y a encontrar sus potencialidades, que muchas veces ni siquiera sabemos que tenemos.
¿Cuál es la mayor satisfacción que te aporta tu trabajo?
El hecho de que la persona no sólo mejore en el aspecto que le ha traído a llamar a la puerta de un psicólogo, sino también a que comprenda por qué lo hace, que entienda sus patrones, sus relaciones, y en qué piedra suele tropezar sin darse cuenta. Es muy reconfortante ver cómo la persona va descubriendo su camino.
¿Cuáles son los tratamientos o terapias más demandados por tus pacientes?
En general, la dependencia emocional, los trastornos de ansiedad, la terapia de pareja y la depresión.
Entre los tratamientos que ofreces en tu consulta ¿Cuál de ellos es el más complicado de realizar?
Mi corriente de trabajo es la orientación sistémica y psicodramática. Eso implica el uso del lenguaje corporal como vehículo de comunicación, y aunque al principio puede parecer complicado, una vez iniciado las personas experimentan sus emociones de una manera muy real y aclaratoria.
¿Cuál es el avance tecnológico que más ha favorecido a tu especialidad en los últimos años?
Seguramente sea la realidad virtual, muy útil para diferentes fobias.
¿Qué recomendación le darías a los pacientes que sufren de algún problema o dolencia y aun así no acuden a la consulta de un especialista?
Creo que cada persona sabe cuál es su umbral de dolor. Hay personas que lo pasan mal pero todavía pueden convivir con él, es una decisión muy personal porque también es necesario el momento de sentirse preparado para acudir a una terapia. Pero a las personas que pueden tener prejuicios les invito a que experimenten una sesión, la mayoría de los tópicos sobre nuestro trabajo se desmontan en el momento en que acuden a un profesional.