La aparición del miembro fantasma constituye la consecuencia más impresionante a la que se enfrentan los pacientes que sufren una amputación. Aunque en términos generales, este fenómeno hace referencia a la percepción real y viva del miembro amputado que se experimenta después de la amputación de una extremidad, el concepto fantasma puede ser empleado para la percepción de cualquier otra parte corporal amputada. La fuerte intensidad y la detallada descripción de las sensaciones fantasmas que hacen los pacientes afectados, sugiere que deben existir ciertos mecanismos fisiológicos que constituyan la base neurobiológica del miembro fantasma. Ramachandran y colaboradores (Yang et al, 1994) examinaron la hipótesis de que los cambios plásticos ocurridos en la corteza somatosensorial como consecuencia de una amputación podrían explicar la existencia de sensaciones referidas al miembro fantasma cuando se estimula el muñón o el rostro. Esta afirmación aparecía anatómicamente correcta, en cuanto