M. Carmen Fabelo Marrero

Es mi psiquiatra desde hace años, y sólo diría cosas buenas. Al principio me costó un poco, pero por mi actitud. Poco a poco no sólo me ha ayudado a paliar la sintomatología de mis patologías, sino que también hace de mpsicóloga. Hablo en pasado, porque hoy es mi última cita con ella, en Salud Mental Canalejas. Le deseo lo mejor en su nueva etapa,y que gracias por devolver las llamadas siempre que dejabas un aviso por una crisis de ansiedad o pánico. A disfrutar la jubilación Dra Fabelo

Podría decir que el tiempo de espera, pero es por decir algo. Si se retrasa es porque hay pacientes que necesitan más tiempo, como mismo lo he necesitado yo.

Gracias a su humanidad ,su empatia ,su inteligencia y su profesionalidad estoy ..viva.
No creí que pudiera encontraralguien tan trabajador y preocupado por cada paciente en la clase médica.

Es un ángel.

Que la cuiden y le den el honor que merece como profesional a ella también sus superiores.

A mi me fué bastante mal después de 7 años de tratamiento , quedé peor la verdad

Gran profesional y excelente persona. Me ha ayudado mucho.

No se me ocurre nada por mejorar.

Una mujer muy humana, buena persona y excelente profesional además de ser muy inteligente

Para mi, fabulosa
Fui paciente de ella en, c.s.m de Bañaderos durante 8 o 9 años
Yo, a Doña Carmen Fabelo, le agradezco muchas cosas, ella tiene vocación de médico psiquiatra, se interesa por lo que hace, también se equivoca, no es perfecta
Fue un angel
Y seguro que,donde quiera que esté, lo será también para otras personas

Excelente doctora lo mejor de lo mejor en psiquiatra muy atenta amable con el paciente sus tratamientos muy efectivos y sobre todo de una gran calidad humana. La recomiendo 100×100.

Una magnífica psiquiatra y aún mejor persona.

Déjense de criticar a esta Dra. Es puro amor.
Y tú, si tú ese que dice que un día esta de buenas y otra hasta los mismos. Ni la conoces, achanta el pico comunista.

No hay nada que mejorar.

No sé.

La equidistancia que mantiene con el paciente.
Y que tiene días buenos y otros malos, como todo el mundo. Un día es cariñosa y empática, y otro día está hasta las narices.