Luisella Ana Rossi Torri, reflexiona que "la vida hipermoderna ha llevado a cambiar la relación del ser humano con su angustia existencial. Lo que antes era romántico, la bohemia, la reflexión, hoy se entiende patológico, y por ende susceptible de ser medicado".
Médico psiquiatra, psicoanalista y psicoterapeuta con una dilatada experiencia de más de veinticinco años, en los que no ha dejado de formarse. Ella misma se define como una escucha atenta y profesional.
En tu trayectoria profesional de más de 25 años, ¿elegiste desde un primer momento el psicoanálisis?
Si, el psicoanálisis fue una formación paralela a la carrera universitaria de Medicina. Encajaba muy bien, con la forma de entender mi trabajo como médico. Como es de conocimiento bastante extendido en la actualidad, el enfoque psicoanalítico permite comprender los síntomas que aquejan a un paciente y ayuda a conocer su origen, cosa que permite una resolución de los mismos.
¿Por qué el psicoanálisis es un tratamiento distinto? ¿En qué casos puede resultar efectivo?
Es un enfoque que permite contextualizar los padecimientos con la integridad del paciente, así que ayuda al médico a diagnosticar mejor y más rápidamente.
La diferencia radica, básicamente, en que es un enfoque, basado en la escucha, que permite al paciente interesado, investigar por qué enferma.
Todo sujeto que necesite ser "escuchado" puede acudir a un psicoanalista, impulsado por su malestar. Diría que, todo síntoma acerca del cual el paciente se interese por conocer, es tratable, mejorable y modificable por este tratamiento.
El tratamiento psicoanalítico, no es excluyente del uso de medicación, cuando esta sea necesaria.
La ansiedad, angustia y los ataques de pánico, son alguno de los problemas que afectan de manera frecuente a las personas, ¿qué recomendaría para prevenirlos?
Me parece útil, para responder a esta pregunta, especificar brevemente las dos denominaciones:
Ataque de pánico y angustia son dos expresiones, ya de uso coloquial, pero a veces su uso no es acorde a lo que nombran.
Ansiedad es la denominación más actual de la angustia. Para la psiquiatría clásica, la ansiedad es el polo psíquico de la angustia, siendo ésta última de manifestación más corporal.
Los ataques de pánico son cada vez más frecuentes como forma actual de aparición de la angustia. La angustia no tiene forma de prevenirse. Los ataques de pánico tampoco. La única forma de "evitarlos" sería que las personas estuvieran permanentemente medicadas.
La vida hipermoderna ha llevado a cambiar la relación del ser humano con su angustia existencial. Lo que antes era romántico, la bohemia, la reflexión, hoy se entiende patológico, y por ende pasible de ser medicado.
Si un paciente padece ataques de pánico, entiendo la mejor prevención consiste en conocer qué los motiva, para que no continúen produciéndose. Me lo ha demostrado una larga experiencia clínica.
Una de sus especialidades es la paidopsiquiatría, ¿en qué consiste?
El estudio de la clínica de la infancia y de la adolescencia se denomina recientemente paidopsiquiatría.
Existen cada vez más alertas sobre una excesiva medicalización de la vida cotidiana, ¿crees que es así? ¿a qué crees que es debido?
Es cierto que, por suerte, además de la medicalización, existen también las alertas en relación a esta. Creo que el aumento del consumo de medicamentos, no es una cuestión cuantitativa solamente. En realidad, ha habido una modificación en el uso de los fármacos.
En Psiquiatría, los fármacos aparecen en la mitad del siglo XX, y desde entonces, las cosas han cambiado mucho, y no solo en la mala dirección. Existen fármacos muy útiles, que han mejorado y se han sintetizado fármacos cada vez más específicos, excelentes, con menos efectos secundarios.
Pero hay otros, quizás una buena mayoría, que han pasado a estar presentes en la vida cotidiana, y cuyas indicaciones, se han alejado de las prescripciones para el tratamiento de las patologías. Hay una gran franja destinada a la prevención, ya que una cantidad ingente de manifestaciones fisiológicas son interpretadas como señales de futuras enfermedades.
No debemos olvidar que existe la automedicación.
A modo de ejemplo, decir que, la gran mayoría de la oferta de fármacos antiangustiantes, dirigidos a tratar la angustia, suelen, las más de las veces, agravar los cuadros de depresión.
Estos factores han desvirtuado el uso digno de muchos medicamentos, convirtiéndolos en un objeto mercantil.
Entiendo que el camino que favorece al paciente que sufre, se puede encontrar desde la posición reflexiva del profesional conocedor de las múltiples coordenadas clínicas, ambientales y sociales en juego, junto a la disposición de quien va a recibir el fármaco.