Un angioma es una lesión benigna o malformación que tiene su origen en la dilatación excesiva de los vasos sanguíneos o linfáticos, en el primer caso se tratará de un hemangioma y en el segundo caso de un linfangioma. Son tratados por el dermatólgo y su aparición se suele dar en la nariz, en la boca, ano o vagina. En un 8% aparecen en el primer año de vida, y desaparecen antes de la adolescencia, de forma espontánea. Si no lo hacen darán lugar a problemas estéticos. Su causa no se conoce a ciencia cierta y no son hereditarios, aunque pueden deberse a un defecto o malformación de los vasos sanguíneos.
Existen diferentes tipos:
Tal y como comentábamos previamente los angiomas suelen desaparecer por sí solos, antes de la adolescencia. Es importante realizar el seguimiento con el dermatólogo, dado que aunque no requieran tratamiento, se debe vigilar para detectar de forma precoz cualquier variación, como el sangrado, una infección o que crezca de manera repentiva.
Los angiomas cavernosos pueden sufrir una regresión a partir de los cuatro años, con lo que se recomienda no iniciar antes el tratamiento, que puede dar lugar a la aparición de una cicatriz.
Si el angioma se desarrolla de forma rápida se puede tratar con láser o con cortisona.