El ayuno ha estado presente desde las culturas más ancestrales, inicialmente como forma de limpiar el alma, para la que la mente estuviera despejada para llevar adelante la praxis espiritual. El ayuno se empieza a utilizar como terapia, 400 años A.C. cuando ya Hipócrates lo recomienda a los pacientes como forma de eliminar toxinas, y por tanto con un efecto terapéutico.
De acuerdo con la medicina natural, cuando se produce una enfermedad, lo que ocurre es que hay una toxemia o intoxicación del cuerpo y hay que empezar por una limpieza profunda del cuerpo. Muchas de las dolencias llegan por hábitos poco saludables en la alimentación, como puede ser la ingesta de grasas, comida procesada, lácteos, etc. que son difíciles de eliminar y que contaminan la sangre, deterioran células, órganos y tejidos en todo el organismo.
Frente a esto, se recomienda el ayuno como terapia o de curación, que puede tener diferentes formas:
Todos ellos se realizarán durante un período determinado de tiempo. Algunos de los beneficios serán: