La cardiología pediátrica o cardiología infantil es la especialidad, dentro de la pediatría que tiene por objeto prevenir, diagnosticar y tratar enfermedades del corazón o coronarias y del sistema circulatorio, en los niños desde la edad fetal, en la que se pueden diagnosticar cardiopatías intrauterinas, hasta que acaba su adolescencia, alrededor de los 18 años.
Entre los ámbitos de intervención de la cardiología pediátrica nos encontramos:
Cardiopatías congénitas, o patologías del corazón, de las venas o de las arterias, presentes desde que se forma el corazón en el feto, y que se manifiestan clínicamente tras el nacimiento. Su manifestación no tiene por qué ser inmediata, sino que se pueden evidenciar el primer año, por dificultades para crecer y coger peso, fatiga cuando se come y color morado en lengua, labios y uñas. También se pueden manifestar posteriormente, al aparecer un soplo del corazón, taquicardias, síncopes o pérdidas de conocimiento con origen cardiaco. El cardiólogo será encargado de determinar si la cirugía es precisa o si basta con un cateterismo u otro tipod e intervención.
Niños con miocardiopatías, trasplante de corazón, etc
Patologías cardiacas, que aparecen en la infancia, como por ejemplo las arritmias infantiles, que pueden ser crónicas o transitorias, cuyos síntomas pueden ser la irritabilidad del menor, palidez, cansancio, mareos, sudor, dolor en el pecho, etc. y que tienen su origen en:
Tratamiento de niños con patologías que a su vez tienen repercusión cardiovascular, como por ejemplo la patología neurológica, gastroenteróloga hematooncológica, endocrinológica, genética o nefrológica, entre otras.
Cirugía cardiovascular infantil
Los problemas de cardiología pediátrica los puede detectar el propio pediatra, pero también se pueden detectar por el cardiólogo, tras realizar una prueba diagnóstica cardiológica, como por ejemplo: