La dislexia es la forma en que se conocen los problemas o alteraciones de escritura y lectura, que pueden darse de forma independiente, aunque lo más normal es que aparezcan juntos. Se trata de un problema de tipo cognitivo, independiente de problemas emocionales, intelectuales o culturales.
En el caso de la lectura, la dislexia se caracteriza porque la persona se salta las palabras, sonidos, o los sustituye por unos diferentes, la lectura es lenta y difícil de comprender, etc. En el caso de la escritura, los trastornos también se conocen como disgrafía, y consisten en cambiar unas letras por otras, usar mal las reglas de ortografía, realizar trazos difíciles de leer, etc.
Padecen de dislexia entre un 10% y un 15% de la población escolar y de la población adulta.
Es muy importante detectar de forma precoz la dislexia en los niños y niñas, acudiendo a un logopeda, ya que se evitarán problemas posteriores relacionados con su personalidad y su desarrollo. Existen diferentes formas de tratar la dislexia, que dependerán del diagnóstico realizado por el logopeda; las mismas pueden estar más enfocadas a mejorar la orientación espacial y temporal, grafomotricidad, etc. pero también a reaprender sin errores las técnicas de lectura y de escritura. En todo este proceso, trabajar en la autoestima y el acompañamiento de los padres, son dos aspectos fundamentales.
La dislexia es neurológica y no visual
Una investigación que ha sido liderada por la Universidad del País Vasco ha señalado que la dislexia no tiene cura, pero que con un correcto tratamiento y con su detección a tiempo se puede mejorar la capacidad de leer y comprender de los afectados. El estudio también ha dicho que el porcentaje de personas disléxicas es superior en los habitantes de las zonas en las que se hablan lenguas denominadas opacas, como el inglés o el francés.
La dislexia se define pues como la dificultad que tienen algunos niños para adquirir destrezas lectoras, lo que les impide alcanzar de forma normal aprendizajes relacionados con la escritura y otras cognitivas, como la inteligencia, el razonamiento y la memoria. Normalmente se relaciona la dislexia con problemas de percepción visual, pero investigaciones recientes lo desmienten y lo asocian a una razón neurológica, lo que ayuda a ajustar el tratamiento para conseguir mejores resultados. Así, aunque no tenga cura, se puede tratar de revertir sus efectos lo máximo posible para que los afectados recuperen sus capacidades cuanto antes y puedan desarrollar sus habilidades de manera correcta, sobre todo en el caso de los niños.