El implante coclear es un dispositivo de alta tecnología, de tipo electrónico, que resulta de gran utilidad en personas con problemas auditivos o de hipoacusia graves, o en los que implantes de oído medio, no son eficaces. La hipoacusia o pérdida auditiva afecta a un importante segmento de la población, en todas las edades. La colocación de prótesis auditivas ósteointegradas, el empleo de audífonos o los implantes de oído medio sólo son eficaces en algunos de los casos.
El implante coclear busca sustituir el funcionamiento del oído interno, que es el que no presenta problemas en personas sordas, transformando los sonidos en señales eléctricas (esto es lo que hace un oído con funcionamiento normal). La energía eléctrica estimula el nervio responsable de la audición o nervio coclear, y envía las señales al cerebro. Una parte del implante es interna y otra externa, tal y como se aprecia en la imagen.
El implante coclear facilita que se reciban y procesen los sonidos y el lenguaje y que se transmitan al cerebro. La selección de candidatos se realiza de manera rigurosa, por el otorrinolaringólogo, ya que su coste es muy elevado, y no funciona en todos los casos. Se realizarán audiometrías. Algunos de los criterios que evolucionan a la par que lo hace la tecnología son:
No se puede utilizar en personas que no soporten una anestesia general o que no tengan vacuna frente a la meningitis.
Se comienza programando el implante coclear mediante el procesador de palabra, a través de ordenador, teniendo en cuenta las necesidades auditivas de la persona.
El seguimiento es fundamental para evaluar resultados, determinar problemas y optimar el funcionamiento, actualizando la programación.
La rehabilitación auditiva es un aspecto clave en un resultado exitoso, para lo que se realizarán diferentes ejercicios, con el fin de:
Imagen: BruceBlaus en wikimedia