Parkinson

El Parkinson es una enfermedad degenerativa de carácter crónico que se caracteriza por un desorden o trastorno crónico de la parte del cerebro responsable del sistema motor, producido porque se destruyen o deterioran las neuronas pigmentadas de la sustancia negra. Su forma de manifestarse es a través del trastorno del movimiento, de la pérdida de capacidad de la persona para la coordinación de movimientos, sin embargo, también conlleva trastornos en la expresión de emociones y en la función cognitiva y autónoma. Esta enfermedad afecta alrededor del uno por ciento de la población por encima de 65 años y es tratada por neurólogos y geriatras, entre otros especialistas. 

Causas del párkinson

El origen del párkinson es desconocido por el momento, con excepción de los casos derivados de la ingesta de medicamentos, de situaciones de drogodependencias, de traumatismos, o algunos casos hereditarios poco frecuentes. Existen diferentes hipótesis sobre el origen, entre ellas:

  • La existencia de una predisposición genética cuando se suma la exposición a determinadas toxinas y pesticidas.
  • Factores genéticos. En un 10-15% de los diagnósticos se estiman causas hereditarias
  • Radicales libres, que provocan una oxidación dañina para las neuronas y tejidos.

Síntomas del párkinson

Existen una serie de síntomas comunes, que nos pueden alertar de la presencia de Parkinson, como son:

  • Temblor y rigidez
  • Bradicinesia o falta de espontaneidad y lentitud para realizar movimientos que eran antes mecánicos
  • Inestabilidad que facilita las caídas

Hay otros síntomas, que no afectan a todo el mundo, como son la depresión, que se manifiesta en todas las enfermedades crónicas, y que se puede agravar con los medicamentos; problemas para masticar y tragar, porque los músculos no funcionan bien; problemas de dicción, dudas al hablar, tono muy bajo, habla rápida, etc; problemas con la orina, que pueden ser de incontinencia o de dificultad; estreñimiento; trastornos del sueño; falta de expresividad; dificultad para distinguir olores y pérdida o ganancia de peso, que puede estar provocada por la medicación, por el deterioro cognitivo, etc

Tratamiento del párkinson

Si bien no existe un tratamiento que cure la enfermedad, se puede evitar que avance muy rápidamente y hacer que los síntomas estén más controlados. Se puede realizar un tratamiento mediante fármacos como la levodopa, selegilina, amantadina o bromocriptina y también se puede recurrir a la cirugía, aunque sólo está recomendada en un 5% de los casos

La investigación sigue avanzando y cada ver son mayores las posibilidades de mejora de la calidad de vida de personas con Parkinson, incorporando terapias alternativas, como la acupuntura, logopedia, rehabilitación física, etc. en su cotidianiedad.

Foto: Patricio Realpe/Asnerp

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Noticias sobre Parkinson

Descubren un nuevo marcador del Párkinson

Parkinson

El nivel de urato o ácido úrico en sangre de los hombres podría ser un factor de influencia en el desarrollo del Párkinson, según un estudio de la Universidad Estatal de Pennsylvania. El urato se forma cuando una sustancia química llamada Purina se descompone en el cuerpo, y la generación de este compuesto podría tener mucho que ver con la protección de las células del cerebro.

Los resultados del estudio podrían sugerir que un aumento en el nivel de urato en sangre podría retrasar el desarrollo de la enfermedad. De hecho, los investigadores lo consideran una buena noticia, ya que los niveles de ácido úrico se pueden subir de forma fácil y sin un gran coste económico, por lo que se podrían desarrollar medicamentos muy efectivos.

En el estudio participaron más de 90.000 personas en tres grandes grupos que evaluaron su nivel de urato en sangre. También se compararon los niveles de aquellos que desarrollaron la enfermedad y los que no lo hicieron para sacar estas conclusiones que hay que estudiar de forma más detallada. Entre los síntomas del Parkinson están los trastornos del movimiento, temblores, problemas de coordinación y equilibrio, etc. De ser cierto, estaríamos ante un indicador de riesgo que vale la pena tener en cuenta y que será de gran utilidad para neurólogos, geriatras y demás profesionales implicados en tratamiento y seguimiento de la enfermedad.

Imagen: BruceBlaus en Wikimedia

Láser para eliminar los temblores involuntarios

Parkinson

El Hospital HM Puerta del Sur de Móstoles ha presentado un nuevo tratamiento no invasivo, denominado HIFU (Ultrasonido Focalizado de Alta Intensidad) que utiliza estos ultrasonidos en un punto del cerebro y es capaz de eliminar partes afectadas a través del aumento de la temperatura.

De esta forma, esta nueva tecnología se usará en enfermedades como el párkinson, trabajando zonas relacionadas con la lentitud y la rigidez y también sobre otras alteraciones psiquiátricas. Su principal objetivo es reducir los temblores sin necesidad de utilizar la cirugía intracraneal. En nuestro país más de 400.000 personas sufren temblores esenciales y 150.000 por párkinson.

Este nuevo tratamiento permitiría trabajar en escasas horas las regiones del cerebro encargadas de este movimiento involuntario, que permite una recuperación casi inmediata y permanente, lo que mejora sustancialmente la calidad de vida del enfermo. Se trata de un método no invasivo que mejora la previsión de los pacientes, que ya no tendrán que someterse a este tipo de intervenciones que añaden riesgos al tratamiento. La eliminación de los temblores permite mejorar la situación del paciente, que debido a estos movimientos involuntarios ve mermada la capacidad de llevar una vida normal, o de hacer tareas tan simples como comer o beber por si solos.

Imagen: jonel hanopol en Flickr

Investigan formas de ralentizar el Parkinson

El Hospital General de Massachusetss, en Boston, Estados Unidos, están investigando un nuevo componente que podría retrasar la progresión del Parkinson en pacientes. El urato, además de tener propiedades antioxidantes, podría estar relacionado con este freno de la progresión de la enfermedad al estimular los astrocitos, unas células cerebrales que según diferentes estudios influyen de forma significativa en varias enfermedades antioxidantes.

El Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares de Estados Unidos empezará a financiar un tratamiento que eleva los niveles de urato en sangre como parte de la fase tres de este ensayo. Así, se reclutarán pacientes a los que se les suministrará el fármaco para estudiar sus efectos en estas células cerebrales.

Diversos estudios concluyen que los pacientes con altos niveles de este componente parecen ralentizar el proceso de avance de la enfermedad neurodegenerativa. Este nuevo trabajo pretende ahondar en la relación de este componente con el desarrollo de la patología y puede suponer un paso adelante en el estudio de la enfermedad, que mejoraría la calidad de vida de muchos pacientes e incluso investigar su cura en un futuro próximo. Los experimentos ya se encuentran en fase tres, y podrían ser reveladores en muy poco tiempo.

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