La patología del suelo pélvico hace referencia a las problemas funcionales y anatómicos que afectan a los músculos que soportan el útero y ovarios, la vejiga urinaria y parte del intestino, todos ellos órganos que componen la pelvis. Si los músculos de la pelvis se deterioran se producen una serie de patologías, como son la incontinencia de orina o fecal, o el prolapso genital, que afectan sobretodo a mujeres de más de 55 años. Entre los factores de riesgo nos encontramos la edad, la menopausia, el sobrepeso y el haber tenido partos vaginals de niños por encima de 4 kgs.
Los principales problemas que se derivan del deterioro de los músculos pélvicos son:
Incontinencia de orina: Es el problema para retener la orina, produciéndose pérdidas involuntarias. Puede ser de diferentes tipos:
Prolapso de los órganos pélvicos, o caída de las paredes de la vagina y órganos aledaños, que son la vejiga, el recto y el útero en su parte alta. Afecta al 45% de las mujeres. Entre sus efectos están la dificultad a la hora de mantener relaciones sexuales o la disfunción al defecar.
Incontinencia anal: También se denomina incontinencia fecal y es el problema para controlar la deposición.
Las patologías del suelo pélvico son poco prioritarias, relacionadas con otros problemas para la salud, ya que no suponen un riesgo para la vida de quiénes las padecen, sin embargo si que afectan de manera importante a la cotidianiedad del paciente.
El tratamiento para la incontinencia de orina se puede basar en medicamentos y en fisioterapia del suelo pélvico, del esfínter y la vejiga. La cirugía es menos frecuente y sencilla, ya que se coloca una malla, a través de la vagina, en el tercio medio de la uretra.
El prolapso de los órganos pélvicos también se puede tratar mediante rehabilitación. El recurso a la cirugía es poco frecuente.
Otros tratamientos para la incontinencia de orina, mínimamente invasivos son la inyección de Botox o toxina botulínica en el músculo detrusor o la inyección de colágeno en la submucosa de la uretra.
La prevención de problemas vaginales
Los expertos advierten que las mujeres deben estar atentas a los cambios que sufren a nivel vaginal para evitar cualquier enfermedad. Sequedad, dolor en las relaciones sexuales, escozor o picor son sistemas de alerta que pueden hacer necesario acudir al ginecólogo.
Los profesionales advierten que esta parte del cuerpo es muy susceptible a cambios, como los que se dan en el parto, las relaciones o la menopausia, por eso hay que estar atenta a este tipo de síntomas. Además, ejercicios como el fortalecimiento del suelo pélvico pueden ayudar antes y después del embarazo, evitando dolor o insensibilidad una vez se ha dado a luz.
Algunas recomendaciones para evitar estos problemas son prestar especial atención a la higiene de la zona, ver posibles síntomas tras las relaciones sexuales y prevenir situaciones como la obesidad y el tabaquismo, que influyen en alguna de esta patología. Además, los especialistas sabrán reconocer cualquier enfermedad relacionada con el aparato reproductor femenino para dar la mejor solución al problema. Con estos sencillos consejos se pueden evitar la mayoría de síntomas tras el parto, durante la menopausia o con las relaciones sexuales, que sufren miles de mujeres en el mundo y que normalmente tienen soluciones sencillas.