La polinosis también denominada alergia al polen o fiebre de heno, es un tipo de alergia que se produce cuando el polen que está flotando en el aire, sobretodo en primavera y verano, entra por las fosas nasales, haciendo que personas con este tipo de alergia produzcan histamina, sustancia química responsable de que aparezcan estornudos, ojos rojos y llorosos, rinorrea, congestión nasal, conjuntivitis, picor en la garganta, que son los principales síntomas.
Existen diferentes tipos de alergias al polen:
El alergólogo será el responsable de diagnosticar la alergia al polen, partiendo de la historia clínica, que revelará una relación causa-efecto entre la exposición al polen y la aparición de síntomas.
Después se realizará una prueba de alergia de tipo cutáneo, en las que se coloca una gota del alérgeno en el antebrazo, y si a los 15 minutos, aparece una reacción, entonces habrá dado positivo. También se pueden realizar pruebas respiratorias, en caso de presencia de asma; lo anterior se puede completar con análisis de sangre, examen de secreciones, etc.
El tratamiento más importante, como en otro tipo de alergias, es la prevención, evitando estar expuesto al agente alérgeno, en este caso al polen, para lo que se recomienda tener ventanas cerradas en la casa o en el coche, no colgar las sábamos o la ropa en el exterior, para que no se acumule polen, sobretodo en los meses de mayor presencia de polen.
Los medicamentos se utilizarán para aliviar los síntomas, y pueden ser: