La urodinámica puede entenderse como aquella subespecialidad de la urología que se ocupa de la fisiopatología del aparato urinario y sus distintas alteraciones. Abarcaría el estudio de dichos procesos y las exploraciones mediante las cuales se monitorizan con el objeto de precisar el diagnóstico de los mismos. Debe tenerse en cuenta que el requisito de todo estudio urodinámico, para ser eficaz, es lograr reproducir los síntomas, única manera de obtener un diagnóstico certero de la problemática a estudio.
Los estudios urodinámicos permiten comprobar en tiempo real el funcionamiento de los tramos urinarios inferiores, que comprenden vejiga y uretra. Su razón de ser es la valoración objetiva del rendimiento del esfínter vesical y de la vejiga alternando las fases de replección y de vaciado. A modo se resumen, su metodología consiste en medir la presión del esfínter y del interior de la vejiga en ambas fases, para lo cual el especialista se sirve de sondas de bajo calibre que son introducidas por la uretra. Esa presión es trasladada a una representación gráfica de cuya interpretación se extraen las oportunas conclusiones acerca del funcionamiento de los dos elementos anatómicos estudiados.
La oportunidad de llevar a cabo estos estudios se manifiesta en casos de problemas en la micción (la incontinencia de orina es el emblemático), de trastornos neurológicos que perturban el reflejo nervioso de la micción y en perfiles preoperatorios ante intervenciones de prolapso uterino o cistocele. Este tipo de manipulaciones no requiere ingreso hospitalario aunque sí precisa de anestesia local, no demorándose más allá de una hora.
A grandes rasgos, la urodinámica aporta excelentes herramientas en el diagnóstico de: