"La cirugía protésica de cadera estaría indicada cuando el dolor o la rigidez interfiere con las actividades cotidianas... Si el dolor no interfiere, es recomendable hacer primero algunos cambios en su estilo de vida para reducir el avance de la enfermedad, como la disminución de peso o el ejercicio físico de bajo impacto..."
Jesús Moreta Suárez es Licenciado en Medicina y Cirugía por la UNIOVI, especialista en Cirugía Ortopédica y Traumatología y experto en patologías que afecta a la cadera y la rodilla. Cuenta además con formación a nivel internacional en Reino Unido y Estados Unidos. Ofrece atención en Sanatorio Bilbaíno y Clínica Castro.
Una cadera sana se mueve sin dolor gracias al cartílago articular, una especie de almohadilla que cubre, protege y amortigua el contacto de los huesos de la cadera. La artrosis se produce cuando se desgasta este cartílago y produce dolor, especialmente si el desgaste es completo y el hueso de un lado de la articulación choca contra el hueso del otro lado. Para compensar esta situación, en ocasiones se forman quistes en el hueso o picos de hueso (llamados osteofitos) que restringen todavía más el movimiento.
Normalmente la artrosis consiste en un proceso degenerativo y se manifiesta con el paso del tiempo. No obstante, hay alteraciones biológicas (como la necrosis) o anatómicas de los pacientes (como el choque femoroacetabular o la displasia de cadera) que predisponen a que la artrosis se desarrolle en pacientes jóvenes.
Si el dolor no interfiere con la vida diaria, es recomendable hacer primero algunos cambios en su estilo de vida para reducir el avance de la enfermedad, como la disminución de peso o el ejercicio físico de bajo impacto. La cirugía estaría indicada cuando el dolor o la rigidez interfiere con las actividades cotidianas, siempre y cuando el cirujano lo considere como la mejor opción teniendo en cuenta las pruebas de imagen (radiografías, resonancia magnética o TAC).
Tras las primeras semanas tras la cirugía en general es recomendable evitar posiciones forzadas de la cadera para disminuir el riesgo de luxación, es decir, que la prótesis se salga de su sitio. Posteriormente, para que proteger y extender la vida de una prótesis de cadera es recomendable el ejercicio físico regular de bajo impacto (andar, bicicleta estática, piscina…) para mantener la fortaleza y movilidad adecuadas. Hay que tratar de evitar caídas y lesiones, especialmente en las primeras semanas del postoperatorio inmediato. Si se fractura el hueso alrededor de la prótesis el tratamiento puede ser más complejo. En función del tipo de implante y otros factores otras precauciones podrán ser tenidas en cuenta.