María González Salvador

Nada

La forma de tratar al paciente. Cero empatía. No volvería ni recomendaría a nadie. Tiempo en la consulta 4 min de relajo con preguntas y explotacion. Vergonzoso

Rapidez en realizar la prueba

Nada

No empatía
No estaba contenta porque ha llamado mi nombre 1 vez y no la he oido (y me ha cogido con retraso)
Poca explicación
Poco amable

Nada

La empatía con el paciente y que no me grite se equivoca en la fecha de un informe que me está perjudicando y solo sabe gritarme cuando le digo que corrija el error

Excelente profesional.

La rapidez en recibir los resultados de la Rm que solicitó

La doctora tiene un gra problema de comunicación.
Desde el primer momento que le dije el deporte que paractiba me empezó a recriminar, en lugar de dar opciones.
Después del informe de la.RM en el.que ponen varias cosas ella vuelve a su diagnóstico inicial. Las sentadillas deberían estar prohibidas, y ya está, ese es todo su argumento y además enfadada....
Quizá debería revisarse que problema de comunicación la impide ser un poco más humana.

Extraordinaria explicación sobre mi problema de hombre, tiempo suficiente. Inmejorable consulta.

Atención rápida y a tiempo

Ha hecho un diagnóstico erróneo. He ido con mucho dolor en la rodilla al Quirón-Olympia. Me palpó la rodilla y dictaminó que era una bursitis, sin más. Recetó antiinflamatorios y una RM. Como el dolor seguía muy intenso he ido a ver a otro traumatólogo. Esta vez me hicieron una ecografía y resultó que tenía una tendinitis rotuliana (tendón del cuádriceps). Con Fisio mejoré rápidamente. La RM era para tres semanas más tarde y la he anulado, ya no tenía propósito. Además cero empatía. Evitarla.

Nada

Todo.
Cero simpatía, vas con dolor y encima te tienes que aguantar el que no te hablen bien.

No dudo de la profesionalidad de esta doctora en el quirófano, entiendo que el Grupo Quirón Salud da garantía de ello,

pero deberían comprobar el trato que ofrece la Dra. a sus pacientes en la consulta. Cero empatía. Cuando acudes a un especialista, esperas el consejo profesional sobre el tratamiento o intervención adecuado y, sobre todo, que te transmitan confianza y seguridad, no que te generen más dudas de las que ya tienes.
Una sonrisa, un gesto o unas palabras amables obran milagros.