Elena

Siempre fui la paciente que abandona. Pasé por varios psicólogos y, en cuanto no me daban la razón, me iba. Volvía a mi creencia de que yo estaba bien y ellos no entendían. Era experta en convencer a todo el mundo de mi versión. Con Esteban fue diferente. Desde el día uno, puso límites increíblemente claros. Al principio me chocó, yo estaba acostumbrada a manipular, pero con él no pude. La clave es que Esteban no pone límites para castigar; te explica con calma por qué lo hace.

Ver esa integridad y esa coherencia en cómo me trataba (con un respeto firme que nunca había sentido) me desarmó. Me generó un respeto inmenso por él, vi que era bueno y su método sólido, no un ataque personal. Esa seguridad de estar ante alguien 'íntegro' me dio la valentía para quedarme, incluso en lo incómodo. Por primera vez, estoy pudiendo aceptar mis experiencias y cambiar de verdad, sin huir.