"Una vez colocados es muy difícil establecer cuál va a ser su duración. Las estadísticas dicen que entre un 10 y un 15% de los implantes mamarios redondos van a romperse antes de los 10 años, pero un 85-90% van a seguir intactos. En cuanto a los implantes anatómicos se estima que solamente un 3-5% van a romperse antes de esos diez años."
Julio Terrén es Licenciado en medicina y cirugía, especializado en cirugía plástica, estética y reparadora. Doctor en medicina con formación específica en cirugía estética en diversos centros de Estados Unidos. Reconocido por su amplia trayectoria profesional y los exitosos resultados obtenidos. Ofrece a sus pacientes todos los tratamientos para la mejora de su imágen personal, ayúndandoles a mejorar su autoestima.
España es uno de los países de Europa que mayor número de intervenciones de cirugía plástica o estética realiza. Esto se debe a que tenemos un magnífico clima y a que contamos con una cultura abierta y extrovertida que hace que tanto los hombres como las mujeres, se interesen por resolver algún defecto para mejorar su imagen personal o su autoconfianza. El alto nivel de cualificación y experiencia profesional de los cirujanos plásticos en nuestro país lo hacen ser un punto de referencia en todo el mundo, y son muchas las personas de otros países que vienen a España para realizarse este tipo de intervenciones quirúrgicas.
Por otra parte, la evolución de las técnicas quirúrgicas y de anestesia ha conseguido que los costes, no solo económicos, sean menores, facilitando el acceso a más personas.
Gracias a la evolución tecnológica y al desarrollo de nuevos sistemas de liposucción se ha ampliado el espectro de personas que se pueden beneficiar de ella. Ya no son tan condicionantes la edad del paciente o el estado de elasticidad de la piel. Con técnicas láser, ultrasonidos o radiofrecuencia se puede conseguir una mejor retracción cutánea en zonas con menos elasticidad.
También existen técnicas de liposucción nutacional (procedimiento quirúrgico que consiste en retirar cúmulos grasos de diferentes áreas corporales con la ayuda de un equipo que genera un movimiento nutacional - en varias direcciones- de la cánula de liposucción), micro-aire o water-jet que facilitan la recuperación de la piel menos elástica, disminuyendo los tiempos de recuperación postoperatoria y mejorando los resultados obtenidos.
El paciente ideal para recibir una liposucción es aquel que mantiene un peso estable, con un buen estado de salud, y que tiene unas expectativas realistas en cuanto a los resultados esperados. Sobre todo, deben ser personas que no buscan en la liposucción una solución para la obesidad o el sobrepeso, aunque la ayuda psicológica que aporta la liposucción a estos pacientes puede hacer reconsiderar estas limitaciones, sobre todo si son debatidas con honestidad y realismo.
Con las técnicas asistidas por agua a presión o water-jet se obtienen células grasas con un alto porcentaje de supervivencia tras su procesamiento e inyección en las zonas receptoras.
La lipotransferencia asistida por water-jet consiste en la utilización de unas cánulas especiales con un tubo muy fino en su interior por el que circula el agua a alta presión, saliendo por un extremo y facilitando la separación de las células sin destruirlas. Esas células son después aspiradas por la misma cánula y recolectadas en un contenedor especial en el que se filtran y separan del agua y otros productos de la liposucción, obteniendo un tejido graso purificado capaz de ser implantado y de regenerarse en otras zonas del cuerpo.
Es un método excelente para la realización de transferencias de grasa propia empleadas para mejorar el contorno corporal, realizar aumentos mamarios con grasa o compuestos (implantes pequeños mamarios y grasa propia), rejuvenecimientos faciales y del cuello, reconstrucciones mamarias o de la pared torácica, tratar cicatrices o irregularidades de la piel, etc.
Con el auge de la cirugía mamaria en las últimas dos décadas, cada vez contemplamos más casos de mujeres que necesitan un recambio de implantes mamarios o que solicitan la retirada de dichos implantes por cambios en su situación personal o por su edad.
Entre las causas más frecuentes de solicitud de una segunda cirugía de mamas se encuentra la solicitud de cambio de tamaño de los implantes, ya que con el paso de los años la mujer puede requerir un implante más pequeño, o más grande si ha perdido mucho volumen tras sus embarazos o lactancia.
Otra causa frecuente de cirugía secundaria de mamas es la caída de los pechos, por su envejecimiento natural y por las circunstancias de la mujer: embarazos, hijos, cambios de peso, etc. Con menos frecuencia se realizan cirugías secundarias de mamas en mujeres con una complicación tardía de su cirugía previa, como rotura de implante mamario o por un encapsulamiento de las prótesis, causa cada vez menos frecuente.
Los implantes mamarios no tienen fecha de caducidad. Una vez colocados es muy difícil establecer cuál va a ser su duración y el momento en que deban ser cambiados. Las estadísticas dicen que entre un 10 y un 15% de los implantes mamarios redondos van a romperse antes de los 10 años, pero un 85-90% van a seguir intactos. En cuanto a los implantes anatómicos se estima que solamente un 3-5% van a romperse antes de esos diez años.
La necesidad de recambio solo existe cuando hay una rotura, encapsulamiento u otra complicación. Los implantes mamarios deben ser supervisados periódicamente, mediante exploraciones y técnicas radiológicas como la ecografía o la resonancia magnética. Solamente de esta forma podremos decidir cuándo deberemos realizar un recambio de prótesis mamarias. Es muy importante transmitir a nuestras pacientes la necesidad de acudir periódicamente a nuestra consulta para seguir una vigilancia continuada, a fin de detectar cualquier causa que obligue a un recambio de implantes.
Ya hace más de dos años que realizo este tratamiento con una alta satisfacción para mis pacientes. La malformación conocida como “orejas en soplillo” o “orejas despegadas” puede ser resuelta con un procedimiento mínimamente invasivo que consiste en la introducción de uno o varios implantes pequeños de una aleación de titanio y níquel totalmente biocompatible debajo de la piel, sobre la parte dura de la oreja o cartílago; el implante obliga a la oreja a tomar una forma que previamente hemos determinado con la utilización de unos pre-implantes o sistema “pre-fold”.
Estos implantes se comercializan con el nombre de “earfold” y fueron diseñados en el Reino Unido para el tratamiento de esta malformación. La ventaja que tiene esta técnica sobre la tradicional otoplastia es la rápida recuperación. También se disminuye el dolor tras el tratamiento y los riesgos asociados a una cirugía mayor. Otra ventaja es que se puede realizar a partir de los siete años; dependiendo de las características de cada oreja y de su crecimiento completo.
En la actualidad soy especialista consultor y formador para España en este procedimiento mínimamente invasivo.