"Otra función de la glándula tiroidea es la regulación de la fertilidad de la mujer, situaciones de hipotiroidismo o hipertiroidismos muy severos pueden condicionar la aparición de alteraciones menstruales, infertilidad e incluso abortos."
Noelia Gros Herguido es especialista en Endocrinología y Nutrición. Cuenta con formación en Sistemas de Infusión Continua de Glucosa y monitorización continua de glucosa y en abordaje multidisciplinar de la Obesidad. También ha realizado un Máster en Investigación en Medicina Clínica. Actualmente desarrolla su actividad profesional como Médico Adjunto en el Hospital Universitario Virgen del Rocío.
Ambas son alteraciones del funcionamiento de la glándula tiroidea, responsable de la producción de las hormonas tiroideas. En el caso de hipotiroidismo decimos que hay una disfunción por defecto . La causa más frecuente a nivel mundial de hipotirodismo es el déficit de yodo, sin embargo la causa más frecuente en áreas con ingesta de yodo adecuada es la patología tiroidea autoinmune.
Clínicamente los signos y síntomas del hipotiroidismo van a depender de la susceptibilidad individual al descenso de hormonas, la velocidad de instauración así como la edad.
Entre los síntomas más comunes se encuentra la astenia, hiporexia, edematizaciòn, frío, estreñimiento... aunque en casos más extremos puede provocar retraso del crecimiento o alteraciones del desarrollo psicomotor si aparecen en edades tempranas. El tratamiento hay que individualizarlo y en la mayoría de los casos se realiza mediante la toma de hormona tiroidea exógena, haciendo especial énfasis al consumo de sal yodada sobretodo en áreas con déficit del mismo.
En el otro lado del espectro se encuentra el hipertiroidismo, donde se produce un aumento de la producción de hormonas tiroideas que puede deberse a múltiples causas, siendo una de las más frecuentes en la edad adulta la autoinmune (Enfermedad de Graves-Basedow). Otra de las causas frecuentes del hipertiroidismo son los nódulos tiroideos (tóxicos).
Desde el punto de vista de la sintomatología una persona con hipertiroidismo puede presentar síntomas como nerviosismo, palpitaciones, alteraciones del hábito intestinal como diarrea, sudoración como consecuencia del exceso de producción de hormonas tiroideas y su acción en los tejidos periféricos. Con respecto al tratamiento es mucho más amplio que en el caso del hipotiroidismo donde puede ir desde tratamiento médico con antitiroideos hasta casos en donde sea necesario la ablación con radioyodo o la cirugía tiroidea.
La glándula tiroidea, es un órgano muy importante a lo largo del desarrollo de una persona, pues está íntimamente involucrado en la regulación del metabolismo, participa en el crecimiento y en el desarrollo del sistema neuronal en la fase embrionaria.
Entre otras de las funciones importantes se encuentra la regulación de la fertilidad de la mujer, situaciones de hipotiroidismo o hipertiroidismos muy severos pueden condicionar la aparición de alteraciones menstruales, infertilidad e incluso abortos. Además durante la gestación las hormonas tiroideas que produce la madre son cruciales para el desarrollo normal del cerebro y del sistema nervioso del bebé, es por ello que es tan importante durante la gestación un screening de la función tiroidea en cada trimestre.
Los nódulos tiroideos son bultos sólidos o llenos de líquido que se forman dentro de la tiroides, una glándula pequeña ubicada en la base del cuello, justo encima del esternón.
La patología nodular del tiroides, de forma global se trata de una patología benigna, del total de nódulos evaluados menos del 5% son malignos. Su prevalencia es mayor en mujeres que en hombres, como toda la patología tiroidea en la mujer.
Las causas de la predisposición a la patología nodular es múltiple y no bien conocida, posiblemente la exposición a factores externos ambientales (radiaciones, el tabaco...) puedan ser posibles causas.
Los nódulos pueden ser únicos o con más frecuencia, conformando un bocio multinodular.
Para la evaluación de la patología nodular, lo más importante inicialmente es explorar el cuello de nuestro paciente, realizar una palpación exhaustiva de la región anterior del cuello.
La ecografía tiroidea es el gold standard para evaluar las lesiones nodulares, pues mediante una sonda podemos visualizar los nódulos que hay en la glándula tiroidea, conocer su localización y, lo que es más importante, evaluar las características ecográficas (hay nódulos quísticos llenos de líquidos pero también hay nódulos sólidos, valorar los márgenes, si presenta vascularización aumentada o calcificaciones, entre otras).
Ante la presencia de nódulos en la glándula tiroidea se debe solicitar una función tiroidea, pues hay un pequeño porcentaje de nódulos que provocan excesos de hormonas tiroideas (nódulos tóxicos/calientes), cuyo seguimiento y tratamiento difiere a aquellos nódulos que no provocan alteraciones en las hormonas tiroideas.
Otra prueba complementaria a valorar, según las características individualizadas del nódulo y del paciente, puede ser la realización de una punción con aguja fina (PAAF) para tomar una muestra y analizar las características citológicas del nódulo.