"Hay que tener mucha empatía con las personas que inician un tratamiento de reproducción asistida... Que es angustioso, sí, pero tiene solución. Hay que romper ese miedo porque la inmensa mayoría va a conseguir el embarazo."
Lydia Luque es licenciada en medicina y cirugía, especializada en obstetricia y ginecología. Experta en problemas de fertilidad. Es profesora del máster en medicina reproductiva de la Universidad de Alicante, y Directora Médica del Instituto Bernabeu de Albacete.
Soy una persona muy inquieta y de niña me gustaba la biología. Mis asignaturas preferidas eran las ciencias naturales, las matemáticas y la gramática. Y estuve a punto de decantarme por estudiar música en el conservatorio.
El día que me matriculaba en la Universidad iba con los papeles preparados para estudiar biología y acabé matriculándome en Medicina. Soy de la primera promoción de estudiantes de Medicina de Alicante.
Durante 13 años fui médico generalista. Posteriormente en Sanidad Marítima y en el Tribunal Médico de Asuntos Sociales. Con 36 años decidí que tenía que presentarme al MIR. Abandonaba un trabajo cómodo y me ponía a estudiar, corriendo el riesgo de no convertirme en ginecóloga. Esa decisión posiblemente cambió mi vida y fue la mejor que podía haber tomado. Había que devolverle a la sociedad lo que antes me había dado.
Hice la especialidad en ginecología y obstetricia y trabajé como médico residente en Alicante y luego en el Hospital Marina Baixa. Fue en 2004 cuando entré en Instituto Bernabeu.
En Albacete ofrecemos una medicina reproductiva integral y de calidad de la que nos sentimos muy orgullosos. Ofrecemos todo el proceso lo que significa que los pacientes no se tienen que desplazar. Además, la clínica está perfectamente integrada en la sociedad de Castilla-La Mancha.
Tenemos colaboración con colectivos médicos y sanitarios, y mantenemos acuerdos con la universidad como el Máster en Infertilidad Masculina de Instituto Bernabeu, en colaboración con la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM).
Es importante tranquilizar a los pacientes que llegan agobiados porque no logran el embarazo. Hay que ayudarles para que no sientan que lo peor les pasa a ellos. Ayudar a los pacientes a salir de ese pozo y decirles: No eres un bicho raro.
Hay que tener mucha empatía con las personas que inician un tratamiento de reproducción asistida. Tenemos que hacerles entender que están en una situación médica, como otras personas tienen otras situaciones. Que es angustioso, sí, pero tiene solución. Hay que romper ese miedo porque la inmensa mayoría va a conseguir el embarazo.
Los cambios han sido enormes y los casos son cada vez más complejos. Los avances que han proporcionado los programas de congelación de gametos y embriones y el importantísimo desarrollo de la genética y la biología molecular, que permite, entre otras cosas, detectar enfermedades heredades de los progenitores gracias al diagnóstico genético preimplantacional.
Perfectamente bien, no se me puede borrar la cara de alegría de la madre. Lograr el embarazo de una paciente es un trabajo de equipo y es maravilloso.
Es emocionante ver cómo le cambia el gesto y la cara a una persona que lleva años buscando el embarazo.