"Existe un problema de fertilidad y tiene un componente social. Uno es el retraso de la edad de la maternidad y hay que ver por qué llega ese retraso. La inestabilidad en el trabajo, el encontrar un compañero. Hay cierta penalización a la maternidad en algunos casos y pocas facilidades. La medicina hace mucho, pero hacen falta más políticas."
Ángela Llaneza es ginecóloga egresada de la Universidad de Oviedo, está especializada en ginecología y obstetricia, y cuenta con un máster en reproducción humana. Es miembro de la SEF y la SECPRE. Ejerce de forma exclusiva en Instituto Bernabeu Madrid, y brinda atención a pacientes en español, inglés y francés.
Ha sido un camino duro pero lleno de satisfacciones. Me apasiona la medicina, aunque no siempre quise ser médico, de hecho quería dedicarme a la economía. A los 17 años me entró la curiosidad por cómo funcionaba el cuerpo, algo que nunca antes me había atraído.
Al principio me atraía la endocrinología, que está muy relacionado con lo que hacemos ahora. Fue durante la carrera cuando me fascinó la ginecología, el control del embarazo, el parto y nacimiento. Y cómo de dos células nace un niño. Una vez que me especialicé en ginecología descubrí mi pasión en la medicina reproductiva.
Me interesa el embarazo, la implantación y por qué unos embriones implantan y otros no. Me interesa el sistema inmunológico y me fascina cómo el cuerpo, que no tolera lo extraño, sí acepta un cuerpo extraño durante nueve meses. Y también tengo interés por la parte epidemiológica, porque hay un problema de fertilidad y tiene un componente social.
Uno es el retraso de la edad de la maternidad y hay que ver por qué llega ese retraso. La inestabilidad en el trabajo, el encontrar un compañero. Hay cierta penalización a la maternidad en algunos casos y pocas facilidades y un embarazo trunca el desarrollo profesional. La medicina hace mucho, pero hacen falta más políticas.
Es un tema fascinante para investigar. Pero aún estamos muy lejos a día de hoy de establecer certezas absolutas. Es importante que los pacientes lo tengan claro, que posean buena información al respecto. Hay que ser honestos.
Es un paciente muchas veces con una trayectoria larga, con tratamientos fallidos y diagnósticos complicados, en muchos casos por fallos de implantación. Un tercio son pacientes con baja reserva ovárica que vienen a nuestra consulta porque estamos especializados. Hay mucho sufrimiento detrás de la búsqueda de ayuda para ser padres. Nosotros somos muy claros en cuanto a los tratamientos y nos basamos en la evidencia científica y los principios de seguridad y comodidad.
Para mí atender a pacientes de otros países es un placer porque ves situaciones diferentes. Cuando se habla en términos tan complejos que afecta tanto a nivel emocional, una comunicación fluida es fundamental. En cuanto a los pacientes, el paciente francés por ejemplo, es algo diferente al nacional porque en Francia en materia de reproducción asistida, son muy conservadores y está más atrasado en técnicas de reproducción asistida. A España y a Instituto Bernabeu vienen por el prestigio y la experiencia. En Instituto Bernabeu tienen un tratamiento personalizado en todos los sentidos, tienen un médico y un coordinador que se ocupa en su idioma.