"Los tratamientos de fertilidad han evolucionado en los últimos años, esto ha producido un aumento de las tasas de éxito, aunque no tanto como nos gustaría. Las probabilidades de éxito dependen de cada persona, por lo que hay que individualizar el tratamiento."
Belén de la Torriente es Doctora especialista en Ginecología y Obstetricia, con formación en reproducción asistida, por la Universidad de Salamanca. Es Directora Médica de Clínica Mencía.
A nuestra consulta suelen acudir parejas con más de 35 años, que vienen porque llevan más de un año intentando una gestación, porque han sufrido abortos de repetición o fallos en los ciclos de reproducción asistida anteriores, en los que se desconoce la causa aparente que pueda provocar estos fallos. En estas parejas se realiza un amplio estudio para poder encontrar la causa subyacente a esa infertilidad y poder aplicar un tratamiento o solución.
Los tratamientos de fertilidad han evolucionado en los últimos años, esto ha producido un aumento de las tasas de éxito, aunque no tanto como nos gustaría. Las probabilidades de éxito dependen de cada persona, por lo que hay que individualizar el tratamiento y las probabilidades de éxito a cada pareja.
Con respecto a los avances más significativos en este campo, la mejora del proceso de vitrificación de ovocitos ha sido un proceso clave, llegando a conseguir porcentajes de supervivencia muy cercanos al 100%.
El diagnóstico genético preimplantacional, la mejora en los protocolos de estimulación ovárica, la punción folicular transvaginal, y el uso de incubadores como el EmbryoScope, aumentan las tasas de llegada a blastocisto, de implantación, reducen la probabilidad de aborto espontaneo, etc. Todo esto ha ido aumentando la tasa de éxito en los tratamientos.
El estrés, la ansiedad o los síntomas depresivos pueden aparecer durante el tratamiento debido a los problemas de fertilidad. No influyen en la fertilidad, pero sí que ocasionan problemas psicológicos en ambos miembros de la pareja y puede afectar a la relación de pareja. El estrés es una de las principales causas de abandono de los tratamientos después de varios intentos fallidos, causando un fallo del éxito reproductivo debido a la falta de perseverancia.
Ser conscientes de estos sentimientos y pedir ayuda psicológica, nos pueden aportar pautas para acompañarnos en el tratamiento y en el camino de la búsqueda de un hijo y, que dicha búsqueda sea lo menos difícil posible.
Generalmente, no se recomienda aplicar las técnicas de reproducción asistida por encima de los 50 años. No existe un límite de edad impuesto por la ley que regule esto, pero a partir de esta edad aumentan los riesgos para la madre y para el bebé, las complicaciones del tratamiento y además, las probabilidades de éxito del ciclo se ven disminuidas.
Los avances en las técnicas de reproducción asistida, en los protocolos de medicación, y el aumento de los controles ecográficos y sanguíneos durante el tratamiento, han reducido notablemente los riesgos y complicaciones en estos tratamientos. Aunque como en todo proceso médico, estos riesgos nunca son inexistentes y pueden aparecer diversas complicaciones.
Algunas de las complicaciones que pueden surgir son:
Las complicaciones severas se han reducido casi por completo, y se producen en un porcentaje muy bajo de pacientes. Las complicaciones leves tienen una prevalencia un poco más elevada pero la mayoría de ellas pueden tratarse y evitarse. Por lo que en la mayoría de los casos, los tratamientos de reproducción asistida se llevan a cabo sin ningún riesgo que afecte gravemente a la salud.