Respecto a la rinitis alérgica debe decirse, en mi opinión, que representa un problema de salud pública, pues hablamos de un cuadro clínico que afecta a un quince por ciento (15 %) de la población, aunque para muchos expertos sería aún mayor, porque consideran que está infradiagnosticada, y además todos coinciden que va en aumento.
Habitualmente no es una enfermedad grave, pero si muy molesta y afecta en muchas ocasiones a la calidad de vida del paciente, dificultando su sueño y su rendimiento escolar o laboral, en aquellos casos moderados y/o severos.
En cuanto a cómo sospechar que un paciente tiene una rinitis alérgica y no es una rinitis por un resfriado o catarro común, o de otra causa, debemos fijarnos si junto a la rinorrea acuosa (moqueo nasal), encontramos estornudos en salvas (crisis de tres o más seguidos), prurito nasal, a veces faríngeo y en velo de paladar, y obstrucción nasal basculante de forma intermitente y/o repetitiva.
Además, en muchas ocasiones va acompañada de afectación ocular (picor en ojos, lagrimeo, fotofobia), en cuyo caso hablamos de rinoconjuntivitis alérgica.
En cuanto al asma bronquial a día de hoy afecta a unos trescientos cincuenta millones de personas en el mundo; y si nos ceñimos a nuestro país, el grado de afectación presenta una gran variabilidad geográfica según el Estudio Europeo de Salud Respiratoria, que detecta una afectación de casi un 4% en Albacete frente a un 1,1 % en Barcelona.
Mención especial requiere el asma infantil, que tiene una alta prevalencia en nuestro país, ya que según la Sociedad Española de Inmunolología Clínica y Alergología Pediátrica (SEICAP) afecta a un diez por ciento (10 %) de la población en edad escolar y por lo tanto también supone un problema de salud pública.
Debe decirse que el asma es un síndrome con diferentes fenotipos, ya que hay muchos cuadros asmáticos con clínica similar, pero cuya causa es diferente. Entre ellos está el asma alérgico, que debe sospecharse sobre todo en los que son de inicio precoz y tienen antecedentes familiares de atopía.
Sospecharemos asma bronquial ante la aparición recurrente de sibilancias (el más característico), disnea (sensación de ahogo o falta de aire), tos seca y opresión torácica, que suele ser de predominio nocturno y que a veces aparece con el esfuerzo (asma de esfuerzo).
En el diagnóstico es fundamental:
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