La inflamación de los ovarios, denominada médicamente como ovaritis, afecta a uno o a ambos ovarios y a menudo viene acompañada de inflamación de las trompas. Los remedios se encontrarán a través de un buen diagnóstico, que identifique sus causas para poder tratarlas.
No en vano, la inflamación en ovarios pueden causarla distintos factores, como son la infección por distintos patógenos, el frío, un aborto, enfermedades de transmisión sexual, cáncer, otras inflamaciones, problemas del postparto o alergia a algunos medicamentos.
La inflamación en los ovarios puede considerarse aguda cuando se dan una serie de circunstancias relacionadas con sus síntomas. Entre ellas, sentir un dolor fuerte que sobreviene de forma inesperada. Igualmente, si el dolor se asocia a la ovulación, es decir, cuando ocurre durante la misma, estonces se considera una ovaritis cíclica, y será crónica cuando se relacione con enfermedades del aparato reproductor femenino, sobre todo con el ovario y el útero.
Dependiendo de estos indicadores, se podrá buscar la causa de la misma, así como posibles tratamientos o remedios. Además de estos síntomas, se pueden mencionar como síntomas los siguientes: palpitaciones, ansiedad, diarrea, náuseas, pérdidas vaginales excesivas, fiebre, dolor de cabeza, dolor abdominal y/o en los ovarios...
En definitiva, será el especialista quien, tras la realización de los necesarios exámenes médicos, realice un diagnóstico para así determinar cuál es el tratamiento más adecuado para la paciente. Entre otras causas, puede ocasionarse por cambios hormonales, por enfermedades autoinmunes o por factores ambientales, pongamos por caso.
Al margen del tratamiento farmacológico, que por lo general incluye los antibióticos para combatir la infección y reducir la inflamación, se puede requerir la intervención quirúrgica.
Los remedios caseros, muchos de ellos naturales, también pueden ser de gran ayuda para mejorar la sintomatología. Si bien no siempre son convenientes, por lo que es recomendable informar al especialista al respecto.
De forma general, evitar el frío y la humedad es clave tanto para tratar como para prevenir la inflamación de ovarios. En este sentido, no solo se trata de vigilar las condiciones ambientales a nivel metereológico, sino también de poder aplicar una fuente de calor.
La alimentación es otro aspecto que hay que cuidar. Llevar una alimentación saludable, en la que abundan los productos frescos, sobre todo frutas y verduras, también pueden reducir la inflamación. En particular, cuando sustituyen a alimentos salados, frituras, grasas y dulces.
En cuanto a las infusiones, recurrir a puede ser de gran ayuda tanto para hacer baños de asiento diarios durante diez minutos, como para tomarlas: manzanilla, clavo, hojas de nogal, entre otras muchas. Igualmente, salvo que el especialista en ginecología diga lo contrario, es posible aplicar cataplasmas, por ejemplo, con jengibre. En este caso, se trata de aplicar en la zona una especie de puré de la hierba o alimento en cuestión, pudiendo realizar mezclas.
La higiene genital también es importante, teniendo cuidado a la hora de secar la zona, pues es importante evitar la humedad. O, al menos, de tener cuidado a la hora de llevar bañadores mojados, llevando mudas para que la humedad no propicie su aparición o la agrave.
La aplicación de un conjunto de varias de estas indicaciones puede reducir los síntomas e incluso prevenir la ovaritis.
En caso de no obtenerse resultados, si no se ha acudido al médico, no hay que dudar en hacerlo cuanto antes, sobre todo en los casos graves, cuando tanto los ovarios como las trompas de Falopio y el útero pueden provocar dolores: un malestar crónico en la parte baja del abdomen y también dolor durante el coito. Incluso puede ocasionar infertilidad por obstrucción de las trompas.
Etiquetado en: Ginecólogo