El contacto reiterado con bajas temperaturas a través del agua y viento fríos, dos condiciones que cumplen los surfistas, puede provocar una patología conocida como exóstosis u oído de surfista.
No se trata, sin embargo, de un problema propio de las personas que practican este deporte, lógicamente, si bien lo padecen de forma más frecuente, al igual que ocurre con otras profesiones, hobbys o actividades que también están expuestas a estas condiciones extremas.
De hecho, estar en contacto con agua fría y viento frío también es habitual en la práctica de otros deportes, como la navegación, el esquí, el submarinismo o la natación. Igualmente, los traumatismos y eczemas pueden ocasionar el oído de surfista.
Esta patología provoca un crecimiento anormal del hueso que recubre el conducto auditivo externo, con el fin de proteger el tímpano. Derivado de ello, se estrecha el conducto auditivo, con lo que se ocasionan una serie de problemas.
En concreto, al ser más difícil que el agua o la cera puedan drenar, así como otros posibles elementos que se introdujeran en el oído, se propician las infecciones de oído. A consecuencia de ello, es posible acabar sufriendo una pérdida de audición.
El hecho de estar muchas horas en el agua, sobre todo cuando ésta es fría y/o hay viento, aumenta las probabilidades de sufrir un problema de salud auditiva. Padecer otitis, una afección frecuente en entornos acuáticos, sobre todo cuando no se utilizan tapones, puede ser un síntoma de que existe una oclusión parcial o completa del conducto auditivo.
El médico de cabecera o el otorrino puede hacer una otoscopia para observar una posible oclusión del conducto por un osteoma, ya sea parcial o completo. Asimismo, se pueden practicar otras pruebas complementarias (audiometría, timpanometría, etc.) para valorar si se ha perdido audición y, finalmente, realizar un diagnóstico definitivo.
Sufrir molestias en el oído y sentir desde picazón hasta la sensación de tener el oído taponado, además de hipoacusia, una disminución gradual de la audición, son otros posibles síntomas.
Sufrir otitis recurrentes y/o éstos síntomas o solo algunos, sin duda requiere acudir al médico para conocer la causa de todo ello, sobre todo si además estamos en un entorno frío, acuático y/o ventoso. Un diagnóstico temprano siempre es ventajoso y, en el caso del oído de surfista, probablemente evitará que el conducto auditivo se obstruya por completo.
No solo hay tratamiento, sino que además es importante seguirlo pues, como hemos apuntado, de lo contrario el crecimiento óseo seguirá ocupando espacio hasta llegar a obstruir el conducto auditivo. Básicamente, hay que tener en cuenta que se trata de un crecimiento anormal, y dicha anomalía tiene consecuencias cuando adquiere un gran tamaño, hasta el punto de poder taponar el conducto auditivo.
Si la exóstosis está muy avanzada, a menudo la mejor o incluso única opción terapéutica es operar. Una intervención que consiste en extraer el nuevo hueso formado aplicando la metodología más apropiada, en función de los parámetros tenidos en cuenta por el especialista. Sobre ello, lógicamente, se informará al paciente.
Una vez operado, antes de volver a exponerse a las condiciones que originaron la exóstosis, el paciente deberá esperar unas cuantas semanas para que la recuperación sea completa. Posteriormente, deberá protegerse los oídos con tapones, gorros u otros accesorios.
De no proteger el conducto auditivo, las malformaciones de hueso pueden volver a desarrollarse. Es decir, la intervención no siempre evita la recurrencia. Igualmente, prevenir desde un principio requiere proteger el conducto auditivo. Sin duda, la prevención es el mejor tratamiento.
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