La Timpanocentesis es un procedimiento médico que se utiliza para tratar las infecciones del oído o bien para la confirmación de un diagnóstico. No es un procedimiento habitual, pero puede ayudar de forma importante en casos de otitis media con exudado.
Básicamente, consiste en una aspiración del exudado mediante incisión o punción quirúrgica del tímpano. Es decir, ésta se realiza a través de la membrana timpánica para eliminar el fluido del oído medio, además de colocarse un drenaje timpánico, permitiendo el drenaje a presión del líquido purulento que se encuentra en el oído medio.
La timpanocentesis es una técnica agresiva, por lo que su realización debería decidirse únicamente en casos estrictamente necesarios. Por norma general, no se recomienda en tratamientos de rutina o, lo que es lo mismo, únicamente está indicada en circunstancias especiales, y en caso de plantearse como técnica diagnóstica, también debe circunscribirse a este criterio conservador.
A efectos prácticos, probablemente resulte insuficiente la afirmación de que la timpanocentesis consiste es una operación que consiste en la punción de la membrana timpánica y aspiración del fluido del oído medio, además de la colocación de un drenaje timpánico. A continuación, ofreceremos algunos detalles para su mejor comprensión, orientando la explicación a dos preguntas frecuentes: cómo se procede y si resulta dolorosa.
Con respecto al procedimiento, consiste en insertar una aguja a través del tímpano con el objeto de extraer la muestra de pus y realizar el drenaje mencionado. Un drenaje que se realiza mediante la colocación de tubos de ventilación transtimpánicos. Normalmente, con anestesia local.
Esta operación puede resultar más o menos dolorosa dependiendo de la sensibilidad del paciente, si bien puede realizarse con anestesia general si el caso lo requiere, en cuyo caso no se sentiría dolor alguno.
Por otra parte, se trata de una punción quirúrgica que permite dicha extracción del líquido purulento o de otro tipo para la realización de cultivos mediante la toma de muestras. Así pues, la timpanocentesis tiene un doble uso, tanto a nivel terapéutico como diagnóstico.
En un principio, a partir del fluido recogido mediante su realización puede realizarse un cultivo y antibiograma de prueba con el fin de identificar el microorganismo que causa la infección. De este modo, cuando se encuentran bacterias, el otorrino podría prescribir un antibiótico eficaz. Habida cuenta de que, sin embargo, muchas infecciones de oído son virales y se acaban curando por sí solas. En caso de no hacerlo, podría plantearse esta cirugía.
Desde un enfoque terapéutico, como hemos apuntado, puede estar aconsejada la timpanocentesis cuando existe una enfermedad localizada en el oído medio que lleve a valorarla como opción. Pero, siempre que sea posible, hay que primer las alternativas menos invasivas.
Preferentemente, se opta por la timpanocentesis cuando la otitis se acompaña de alguna complicación, como una mastoiditis o meningitis, pongamos por caso, o el estado general del paciente se ve afectado de forma grave o presenta inmunodeficiencia.
Aun así, también es cierto que su realización con motivos diagnósticos o terapéuticos, cuando éste se confirma, por lo general acelera la curación, aunque también hay que tener presente que no actúa de preventivo de las infecciones recurrentes.
Por otro lado, la timpanocentesis es un método diagnóstico que puede aportar información relevante para identificar el microorganismo resistente, por lo que se aplicaría en casos de fracaso terapéutico.
Se trata, por lo tanto, de una decisión médica que requiere tener en cuenta una serie de factores generales y también particulares, dentro de un tratamiento personalizado.
Imagen: Elboy99 en Wikimedia
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