Alrededor de los seis años es la edad donde los niñ@s empiezan a interiorizar las normas sociales y morales, los roles en la familia y la escuela y aparecen los primeros indicios de rebeldía contra las normas y el funcionamiento establecido. Los menores empiezan a intentar alcanzar el dominio del ámbito familiar queriendo demostrar que los demás tendrán las mismas obligaciones que en edades anteriores con ellos y además que están disconformes con según qué situaciones e intentaran buscar cambios. Las manifestaciones agresivas que se pueden empezar a producir son: peleas físicas con hermanos u otros niños en colegio o deportes, rabietas y agresividad verbal con los padres y familiares más cercanos.
No llevar la situación al extremo y reaccionar impositivos de primera mano con el niño como corrección. Si todos gritamos o tomamos decisiones drásticas no evitamos que el comportamiento del niño se vuelva a repetir y además generamos más ambiente de crispación en casa. No funciona.
- Explicarle que tiene derecho a expresarse pero que hay ciertos comportamientos que no se admitirán en casa y que cada vez que se pronuncie de esa forma no será escuchado. Además se le puede explicar a decirlo de otra forma más adecuada.
- Evitar etiquetas y comportamientos verbales negativos alrededor del niñ@ por ejemplo: eres muy malo, eres insoportable, en casa no queremos a niños así… Si la dificultad de la niña es el autocontrol y no sabe cómo canalizar el enfado se pondrá más nervioso al ver que no puede y que además el adulto le rechaza y no le ayuda.
- En medio de una discusión debe dominar el adulto, es recomendable contar hasta 10 pararnos y si se ve que va a iniciar la escena de ira, salir de la sala y decirle que cuando este más tranquil@ se habla.
- No darle lo que solicita de manera inmediata y no hablarle de castigos que nunca se llevan luego a término.
- Evitar dar charlas largas sobre su comportamiento haciéndole ver que estamos preocupados y que en este momento él y su conducta son lo principal en la dinámica familiar.
- Cuando la situación esté en calma no negarse a hacer las paces con el menor castigándolo de forma rencorosa.
La comunicación en casa es la herramienta principal contra la violencia en años posteriores, si necesitas ayuda específica confía en un psicólogo. Puedes consultar con psicólogos en Madrid, en Barcelona o en tu ciudad.
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