Las reacciones psicopatológicas de las personas afectadas por una catástrofe están directamente relacionadas con el tipo de personalidad de cada una de ellas. Se ha de tener en cuenta que las reacciones variarán tanto en función del nivel de afectación por la catástrofe como por el momento, por la fase, en la se está intentando evaluar su nivel de afectación psicopatológica. No será la misma la de una persona que ya haya sobrevivido a una situación similar en otra ocasión que la de quien haya sufrido daños físicos o haya perdido a seres queridos. Del mismo modo, no se puede establecer el nivel de afectación que tiene una persona durante las primeras fases de una catástrofe, porque lo más lógico es que las alteraciones psicopatológicas más graves aparezcan en las fases finales. Esto se debe básicamente a que en las primeras fases, la atención se centra en la propia supervivencia y la de los seres queridos.
Para realizar una descripción del tipo de psicopatología que se puede producir y del tipo de apoyo que hay que prestar en cada momento, a continuación se describen las fases de una catástrofe tal y como lo hace la Dirección General de Protección Civil y Emergencias de España.
Estas fases son las siguientes:
Fase de preparación y alerta
En el caso de que la catástrofe sea previsible como en el caso de los fenómenos meteorológicos la tendencia que suele surgir por parte de las autoridades y ciudadanos en primera instancia es el mecanismo psicológico de la negación, de no admitir la posibilidad de que se pueda estar ante una catástrofe devastadora e intentar apartar de la mente unas emociones muy negativas y dolorosas.
Fase de shock y reacción
En esta fase la catástrofe ya se está produciendo. Es ese instante en el que las personas tienen conciencia plena de que se están enfrentando a una situación crítica. En esta fase aproximadamente un 15% de la población experimentará algún tipo de patología, otro 15% se mantendrá estable psicológicamente y el 70% restante se mantendrá en calma aparente según indica el Centro de Crisis ante Catástrofes del Gobierno Británico.
Fase de emergencia y resolución de la catástrofe
Tras los momentos de shock y de reacción ante la situación catastrófica, existe una fase caracterizada por un cierto retorno a la normalidad, a poder tomar el control psicológico de la situación. Esta fase se corresponde con la situación que se vive las dos o tres semanas posteriores a la catástrofe. En esta, la situación catastrófica es el elemento central de todas las conversaciones y además hay una intensa cobertura de la situación por parte de los medios de comunicación. Los investigadores indican que tras las primeras semanas aparece una fase de inhibición, una tendencia a no querer hablar, a querer pasar página.
Con la llegada de esta tranquilidad es habitual que aparezcan síntomas como pesadillas, pensamientos recurrentes sobre la catástrofe, inquietud, dificultades de concentración y toda una serie de manifestaciones más o menos severas. Es durante esta etapa cuando empiezan a gestarse los problemas psicológicos.
Fase de adaptación
Si unas pocas semanas después de la catástrofe las personas dejan de hablar de ella, esta situación aumenta al cabo de dos meses. Se intenta un retorno a la normalidad social, hay una sensación colectiva de que se tiene que superar la catástrofe. al igual que en las personas individuales pueden aparecer psicopatologías, en las colectividades también.
Es el momento de los rumores sobre posibles nuevas catástrofes, aumenta la necesidad de saber qué ha pasado, de depurar responsabilidades como estrategia que ofrece seguridad. A nivel grupal, se pueden producir reacciones de solidaridad, de replanteamiento de la vida en muchas personas. Asimismo puede aparecer un cierto sentimiento de resignación. Se vive un gran contraste entre estos argumentos y los casos de solidaridad, de compañerismo, de altruismo y de heroicidad que se han podido experimentar.
Etiquetado en: Psicólogo