Los huesos no son los únicos beneficiados de la ingesta de calcio. Aunque sí es cierto que donde se concentra es en éstos, así como en los dientes. En este artículo daremos un breve repaso al importante rol que cumple este mineral, la sal mineral más abundante del organismo, centrándonos en los huesos.
Un adulto, por ejemplo, contiene al menos un kilógramo de este mineral. Pero veamos la importancia de tomarlo, en particular para fortalecer los huesos y dentadura o, si se quiere, con el fin de prevenir su debilitamiento. Básicamente, podemos afirmar que el calcio ayuda a tener un esqueleto fuerte y unos dientes duros, favoreciendo el crecimiento óseo en los jóvenes, contribuyendo a un crecimiento y desarrollo normal y, entre los adultos, aportando al mantenimiento de la masa ósea.
Por otra parte, hay que tener en cuenta que la correcta asimilación de este mineral y fijación depende en buena manera de la producción de vitamina D que realiza nuestro organismo bajo la acción de la luz solar.
Tanto si se toma en forma de suplementos como a través de fuentes alimentarias, sin olvidar que en la construcción del hueso y, en fin, de otros procesos biológicos intervienen otros muchos factores. En concreto, la prevención de la osteoporosis debe combatir tanto la deficiencia de calcio como de vitamina D.
La ingesta de calcio para los huesos ayuda a su mineralización en forma de sales de fosfato de calcio. En otras palabras, el calcio ayuda a prevenir la osteoporosis o fragilidad de los huesos, si bien éste debe asimilarse. No en vano, la osteoporosis y otros problemas de debilidad o desmineralización ósea suelen ser multifactoriales, con lo que hay que tener en cuenta otros factores.
Pero no siempre es necesario un suplemento, únicamente en el caso de tener que corregir deficiencias. Sus causas son numerosas, desde una carencia nutricional hasta la edad madura, una cirugía que la ocasione o, por ejemplo, padecer cálculos renales de oxalato de calcio. Normalmente, la dosis se prescribe por el facultativo en función de la edad, de 500 a 1.500 mg diarios, y durante un cierto periodo.
Las fuentes alimentarias de calcio, en efecto, pueden ser suficiente aportación, y del mismo modo hay aguas que proporcionan un calcio asimilable. Entre los alimentos que nos aportan calcio están los garbanzos, el perejil, las almendras y avellas, y obviamente los lácteos, leche y quesos.
En todo caso, se trata de minimizar riesgos tanto de una dosis insuficiente como de sobredosis.
Asimismo, al margen de los huesos y los dientes, el calcio puede ayudar a funciones de la conducción nerviosa, la contracción muscular, la coagulación sanguínea o la activación de algunas enzimas. Asimismo, un aporte de calcio adecuado puede ayudar a prevenir la hipertensión arterial. Siempre, lógicamente, en función de las particularidades de cada caso, sin hacer generalizaciones que puedan resultar falsas de cara a pacientes concretos.
Antes de preguntarnos por qué es importante tomar calcio para los huesos, cuya respuesta hemos contestado afirmando que solo el especialista puede tenerla, es clave determinar si realmente se tiene una carencia del mismo.
Es decir, si la ingesta dietética recomendada es suficiente, los suplementos de calcio no están aconsejados. En caso contrario, solo si el facultativo lo cree conveniente deberá tomarse, puesto que para aconsejarlo se tienen en cuenta también otros aspectos.
Establecer la dosis necesaria para cada persona y etapa de su vida o situaciones especiales por motivo de enfermedades o durante un embarazo, pongamos por caso, resulta fundamental para no correr posibles riesgos derivados de una sobre ingesta. O, al contrario, si no se cubren los niveles aconsejados por una ingesta menor a la necesaria para un determinado paciente, se sufren carencias que también conllevan posibles riesgos para la salud.
Igualmente, existen interacciones con medicamentos y distintos alimentos que influyen en su menor asimilación, y también un exceso de calcio puede reducir la asimilación de otros minerales, como el hierro, el magnesio o el zinc. Todo ello debe considerarlo el médico para que la prescripción sea acertada.
Etiquetado en: Traumatólogo