¿Cómo puede la terapia de pareja ayudar a fortalecer la comunicación entre los miembros de la relación?
La terapia da herramientas a la pareja para la resolución de su problemática.
En el caso de la comunicación, el terapeuta puede ayudar a ambos a identificar errores tanto verbales como no verbales y darles alternativas para su buen uso.
Además, en sesión el terapeuta puede servir de guía para la buena ejecución de la comunicación entre ambos, dándole ejemplos o alternativas ante una buena comunicación.
Asimismo, se pueden dar técnicas para utilizar en casa para su práctica ante una situación incómoda o estresante, poniéndola siempre en práctica antes en sesión para su buena ejecución, como puede ser respeto turno de palabra ante una discusión, ponerse en el lugar del otro, aceptar opinión del otro sin imponer la nuestra.
Fomentar una escucha activa y comunicación asertiva entre la pareja es esencial para una buena comunicación. Sentirse escuchados por tu pareja ejerce un gran nivel de satisfacción y comprensión.
¿Cuáles son las señales de alerta que nos indican que es recomendable acudir a terapia de pareja?
Las señales de alerta que nos indican que es idóneo acudir a terapia de pareja deben ser constantes en el tiempo, además de afectar a la ejecución de las tareas en el día a día. Algunas de ellas pueden ser:
- Mala comunicación entre los miembros, llegando a un estilo de comunicación agresivo o incluso pasivo, ignorado una comunicación asertiva.
- Un clima en casa inapropiado o negativo, creándose un ambiente poco conveniente para la convivencia en pareja.
- Distorsiones cognitivas de la relación y su pareja. Pensar falsas creencias del otro o de su relación.
- Manejo inadecuado del mal humor, creando un ambiente agresivo en el hogar.
- Expresión emocional inadecuada de los miembros de la pareja o incluso inexpresión emocional. Esto puede acarrear malentendidos entre ambos.
¿Cuáles son las principales causas de conflictos en la pareja y cómo se abordan en terapia?
Las principales causas de conflicto en la pareja son:
- La convivencia. Creando expectativas confusas e idealizadas. Lo idóneo sería aprender a negociar para crear un equilibrio además de aprender a ceder cuando sea necesario.
- Falta de comunicación. Puede que uno o ambos de la pareja no tengan la suficiente empatía o incluso no disponga de las habilidades suficientes para expresar sus sentimientos sin dañar a la otra persona. Por lo tanto, sería correcto poner en prácticas habilidades comunicativas y resolución de conflictos.
- Diferencias de valores. Hay que crear un clima de total respecto recíproco en la pareja hacia los valores del otro.
- Problemas fuera de la pareja. Es posible que el conflicto se de en otro contexto como puede ser en el laboral y este perjudique a la pareja. Ver a la pareja como un aliado donde poder apoyarnos y desahogarnos.
- Problemas con la familia de la pareja. Pueden darse desencuentros con algún familiar o familia del otro o en otros casos con alguna amistad. Es una situación complicada por el hecho del afecto hacia la familia o amigo.
- Dificultades económicas. Los problemas económicos producen incertidumbre, por lo que la pareja puede estar preocupada, tensa e irritable provocando un ambiente más propenso al conflicto.
- Hijos. Momento vital importante en la pareja, pero también conflictivo, debido a que es una fuente de estrés y cansancio. Además, en ocasiones, puede encargarse un miembro de la pareja más en la crianza que el otro, creando un desgaste en todos los ámbitos. Esto puede acarrear problemas y discusiones por la falta de equilibrio.
- Monotonía. Realizar nuevas actividades, planificar planes diferentes, mantener nuestro espacio propio son claves para que la monotonía no impacte negativamente en la relación.
- Decepción de la pareja. En primer momento nos hacemos una idea de nuestra pareja, pero según avanza la relación y conociendo a esta, puede venirse abajo nuestra perspectiva de la otra persona generando así conflictos.
¿Cómo se aborda la infidelidad en la terapia de pareja y qué enfoques se utilizan para la sanación y la reconstrucción de la confianza?
En primer lugar, se debería abordar la continuación o no de la relación, si es negativa se trabajará con ambos la disolución de esta, trabajando individualmente varios aspectos como puede ser la autoestima, culpa o confianza, todo aquello que haya podido acarrear de la infidelidad por ambas partes. Si es positiva, lo primero que se debe hacer es trabajar el perdón, diferenciándolo del olvido.
El papel del terapeuta va a ir encaminado a ayudar a expresar sus emociones, liberando sus pensamientos y sentimientos, además de escuchar al otro.
Por lo tanto, habrá que facilitar una comunicación adecuada y asertiva posible, trabajando los momentos de hostilidad entre la pareja con técnicas como tiempo fuera. Ante reproches constantes, se le dará a la persona un tiempo limite para ello, facilitando el espacio para su desahogo.
Asimismo, se ayudará a la pareja a detectar aquellos pensamientos, creencias o miedos que hacen desconfiar en el otro llegan a mostrarse sesgos o distorsiones.
Se implantará una recuperación de tiempo juntos, volviendo a la ilusión a los inicios de la relación. Se acordarán las actividades de mutuo acuerdo, siendo estas placenteras.
También, se le puede proporcionar a ambos, técnicas de relajación para controlar su respuesta de ansiedad en momentos de estrés, teniendo un control de su cuerpo y saber cuando el cuerpo está reaccionando.
¿Qué herramientas y habilidades se enseñan en terapia de pareja para mantener una relación saludable a largo plazo?
Desde terapia se da una serie de pautas para mantener una relación de pareja saludable durante un largo plazo:
- Comunicación efectiva. Crear un buen sistema de comunicación en la pareja ayudará a la hora de expresar sentimientos, necesidades, expectativas, asimismo como escuchar activamente al otro.
- Respeto mutuo. Ser tolerantes, comprensivos y mantener una actitud de crítica constructiva sin despreciar al otro.
- Confianza y lealtad. Ser honestos y transparentes, cumpliendo los compromisos interpuestos.
- Aceptación y tolerancia. Ser empáticos y comprensivos. No querer cambiar a nuestra pareja a como somos nosotros mismos.
- Compartir actividades y tiempo juntos. Ayuda a fortalecer el vínculo entre la pareja, a manteniendo la conexión emocional.
- Mantener la individualidad. Cada persona tenga su tiempo para hacer sus propias actividades e intereses.
- Resolver los conflictos de manera constructiva. Expresar necesidades y sentimientos de manera asertiva, buscando las soluciones entre ambos, evitando la crítica destructiva.
- Fomentar el apoyo mutuo. Apoyarse mutuamente en momentos difíciles y celebrar los logros juntos.
- Mantener la pasión y el romance. Hacer cosas especiales en pareja, para no “apagar la llama”, ya que con el tiempo y la rutina se va disminuyendo el deseo sexual y la pasión, por lo que es importante mantener vivo el romance.
- Trabajar juntos en metas comunes. Tener metas y objetivos en común y trabajar juntos para conseguirlos. Construyendo una relación más sólida.