¿Cuál es la relación entre la ansiedad y la autoexigencia?

Entrevista a la psicóloga Leticia Martín sobre la autoexigencia y sus consecuencias

"Vivimos en una sociedad donde la ansiedad y la autoexigencia están muy presentes y pueden afectar profundamente nuestro bienestar. Es fundamental aprender a gestionar estas emociones y encontrar un equilibrio que nos permita vivir de forma más saludable y consciente."

1. ¿Cómo definirías la ansiedad y cuál es su relación con la autoexigencia?

La ansiedad es una respuesta emocional y fisiológica que surge ante situaciones que percibimos como amenazantes o desbordantes. Puede manifestarse a través de síntomas físicos, como palpitaciones o sudoración, y síntomas psicológicos, como preocupación excesiva y dificultad para concentrarse. Aunque la ansiedad es una emoción normal y adaptativa, cuando se vuelve intensa o persistente puede interferir en la vida diaria.

La autoexigencia, por su parte, es la tendencia a imponerse estándares muy elevados y a evaluarse de manera crítica y rígida. Esta actitud puede alimentar la ansiedad, ya que la persona siente que nunca es suficiente o que siempre debe hacer más. Así, la autoexigencia suele estar en la base de muchos cuadros de ansiedad, especialmente cuando se convierte en una autocrítica constante y poco realista.

2. ¿Cuáles son las señales de que la autoexigencia está afectando negativamente la salud mental?

Cuando la autoexigencia es excesiva, aparecen señales como el agotamiento emocional, la dificultad para disfrutar de los logros y una constante sensación de insatisfacción. La persona puede experimentar bloqueos, irritabilidad, insomnio y una autocrítica muy dura, centrándose únicamente en los errores y minimizando los éxitos.

Además, suelen aparecer síntomas de ansiedad, como preocupación excesiva, miedo al fracaso y una necesidad constante de validación externa. Esta combinación puede llevar a la persona a evitar situaciones por miedo a no cumplir sus propios estándares, lo que empobrece su vida y refuerza el círculo vicioso de la autoexigencia y la ansiedad.

3. ¿En qué se diferencia la autoexigencia saludable de la perjudicial?

La autoexigencia saludable es flexible y permite a la persona adaptarse a las circunstancias, reconocer sus logros y aprender de sus errores. Esta actitud fomenta el crecimiento personal y el bienestar, ya que la persona se permite descansar, equivocarse y pedir ayuda cuando lo necesita.

En cambio, la autoexigencia perjudicial es rígida y basada en ideales inalcanzables. La persona se impone obligaciones absolutas (“tengo que…”, “debo…”) y no tolera el error, lo que genera sufrimiento y ansiedad. Esta rigidez impide disfrutar del proceso y favorece la autocrítica destructiva, alejando a la persona de una autoestima sana y de la autoaceptación.

4. ¿Por qué la autoexigencia suele estar tan presente en el ámbito académico y laboral?

En estos contextos, la autoexigencia se ve reforzada por la presión social y la cultura del rendimiento. Muchas personas creen que su valor depende de sus logros y sienten que deben demostrar constantemente su valía, lo que alimenta la autoexigencia y la ansiedad.
Además, vivimos en una sociedad competitiva, donde se premia la excelencia y se castiga el error. Esto lleva a que muchas personas internalicen creencias como “solo los mejores tienen éxito” o “si fallo, no valgo”, lo que incrementa la autoexigencia y el temor al fracaso.

5. ¿Qué papel juega la autoestima en la relación entre ansiedad y autoexigencia?

La autoestima baja es un factor clave en la aparición de la autoexigencia desadaptativa. Cuando una persona no se valora a sí misma, busca compensarlo a través de logros y reconocimiento externo. Así, la autoexigencia se convierte en una estrategia para sentirse “suficiente” o merecedor de afecto y respeto.

Sin embargo, esta estrategia es insostenible, ya que la autovaloración nunca llega a consolidarse y la persona queda atrapada en un ciclo de exigencias cada vez mayores. Por eso, trabajar la autoestima y el amor propio es fundamental para reducir la autoexigencia y la ansiedad asociada.

6. ¿Qué consecuencias a largo plazo puede tener la autoexigencia extrema?

La autoexigencia extrema puede derivar en trastornos de ansiedad, depresión, agotamiento físico y mental (burnout), y dificultades en las relaciones personales. La persona puede desarrollar una visión muy negativa de sí misma, experimentar bloqueos frecuentes y perder la motivación y el disfrute en las actividades cotidianas.

A largo plazo, este patrón puede afectar la salud física, aumentar el riesgo de enfermedades psicosomáticas y limitar el desarrollo personal y profesional. Por eso es importante identificar y abordar la autoexigencia antes de que se cronifique.

7. ¿Cómo puede ayudar la psicoterapia a las personas con ansiedad y autoexigencia?

La psicoterapia ayuda a identificar los patrones de pensamiento y creencias que sostienen la autoexigencia y la ansiedad. Se trabaja en flexibilizar las expectativas, en desarrollar una autovaloración más realista y en aprender a tolerar la imperfección y el error.
Además, se enseñan herramientas para gestionar la ansiedad, como técnicas de relajación, mindfulness y reestructuración cognitiva. El objetivo es que la persona aprenda a valorarse por lo que es, no solo por lo que hace, y pueda vivir de manera más libre y satisfactoria.

8. ¿Qué estrategias prácticas recomendarías para empezar a reducir la autoexigencia?

Una estrategia fundamental es cuestionar los pensamientos rígidos y absolutistas (“tengo que ser perfecto”, “no puedo fallar”) y sustituirlos por otros más flexibles y realistas. También es útil practicar la autocompasión y permitirse cometer errores como parte del aprendizaje.

Otra recomendación es establecer metas alcanzables y celebrar los pequeños logros, en lugar de esperar la perfección. Finalmente, es importante aprender a identificar las propias necesidades y límites, y priorizar el autocuidado y el descanso.

9. ¿Puede la autoexigencia tener algún aspecto positivo?

La autoexigencia, en su versión flexible y adaptativa, puede ser una fuente de motivación y superación personal. Nos ayuda a esforzarnos, a crecer y a alcanzar metas importantes. Sin embargo, es fundamental que esté equilibrada y no se convierta en una fuente de sufrimiento.

Cuando la autoexigencia se basa en el deseo de mejorar y no en el miedo al fracaso o la necesidad de aprobación, puede ser una aliada para el desarrollo personal y profesional. El reto está en mantener ese equilibrio y evitar caer en la rigidez.

10.¿Qué mensaje final te gustaría transmitir a quienes luchan con la ansiedad y la autoexigencia?

Quisiera recordar que no estamos solos en este proceso: la ansiedad y la autoexigencia son experiencias comunes y pueden abordarse con ayuda profesional y apoyo social. Es posible aprender a vivir de manera más amable con uno mismo y a valorar el propio esfuerzo, más allá de los resultados.

Aceptar la imperfección y cultivar la autocompasión son pasos clave para reducir la ansiedad y disfrutar más del presente. Buscar ayuda no es un signo de debilidad, sino de valentía y compromiso con el propio bienestar. Siempre hay margen para el cambio y la mejora emocional.

20 de junio de 2025 | Tema: Psicólogo Ansiedad y estrés


Perfil verificado por el profesional o centro

Leticia Martín Enjuto

Psicóloga en Valencia - Psicología

Pedir cita Teleconsulta
Calle Pintor Sorolla, 19 Planta 1 - 46002 Valencia
contactar