Irene Gracia Gracia (Studiopsicología)
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Irene Gracia Gracia, psicóloga fundadora de Studiopsicología

Para abordar la ansiedad, el estrés y el trauma es importante entender a la persona y el problema, establecer objetivos y un plan personalizado de intervención

"Puede ser que se tenga algún trastorno psicológico si existe preocupación recurrente sobre una amplia variedad de temas, pensamientos obsesivos que generan malestar, incapacidad de gestionar emociones, aparición de sensaciones físicas de carácter psicosomático, pérdida del interés por actividades, aislamiento social, conductas impulsivas, etc."

Irene Gracia Gracia es Licenciada en Psicología, especializada en psicología clínica y de la salud por la Universidad Complutense de Madrid. Cuenta con Máster en Psicología Clínica Basada en la Evidencia. Es Miembro de la Sociedad Española para el estudio de la Ansiedad y el Estrés. Fundadora de StudioPsicología,centro especializado el tratamiento de la ansiedad, el estrés y el trauma.

¿Por qué decidiste especializarte en psicología clínica y de la salud?

Fue algo que tenía muy claro y que viene de lo vocacional. Comprender cómo los factores emocionales, cognitivos, relacionales o biológicos influyen en el comportamiento y en el bienestar de las personas siempre me ha generado mucha atracción.

Además, creo que una de las cosas más gratificantes que ofrece la psicología clínica es pasar a formar parte de la vida de las personas con las que trabajas, siendo testigo a la vez que participante en el cambio que llevan a cabo y que la mayoría de las veces tiene que ver con la superación personal, el alcance de logros, la puesta en marcha de importantes habilidades, la valentía, etc. Tener la oportunidad de presenciar esas cosas convierte a la psicología clínica, bajo mi punto de vista, en una de las mejores profesiones a las que dedicarse.

Eres experta en el tratamiento de la ansiedad, el estrés y el trauma, ¿puedes contarnos cómo se trabaja con estos problemas?

Cada uno de los tres aspectos mencionados —ansiedad, estrés y trauma—, se trabaja de un modo diferente y, de hecho, dentro de cada uno de ellos podemos encontrarnos múltiples vías de actuación. Por encima de todo, tendremos que valorar a la persona que tiene este tipo de problemas en todo su conjunto y complejidad, pues no puede entenderse un problema psicológico sin antes entender a la persona que lo padece.

Una vez hecho esto, los abordajes pueden incluir el desarrollo de habilidades de relajación, manejo emocional y de pensamientos desadaptativos, mejora de rutinas, etc., todo ello llevado a cabo a través de técnicas de reestructuración cognitiva, regulación emocional, técnicas de exposición, de asertividad, etc.

Lo importante es entender a la persona y el problema, establecer unos objetivos conjuntamente y un plan personalizado de intervención basado en técnicas con evidencia empírica que los aborden, y trabajar como un equipo unido hasta que, a la velocidad adecuada, los objetivos se vayan alcanzando.

¿Qué tipos de trastornos de ansiedad existen?

La ansiedad está muy presente en nuestro día a día y es normal que, en la práctica totalidad de los trastornos psicológicos, también lo esté. Esto es así porque es una emoción que nos señala la posibilidad de que exista alguna amenaza a nuestro alrededor, y las personas podemos interpretar como amenazas una gran variedad de estímulos o situaciones. Así, por ejemplo, podemos encontrar fobias específicas cuando lo temido es un estímulo o situación concreta, a priori neutra, como volar en avión, las aves o la oscuridad.

En la fobia social se temen los estímulos sociales en general, y sobre todo la evaluación social negativa. El trastorno de ansiedad generalizada está más relacionado con las preocupaciones sobre aspectos cotidianos, muy dirigidas también al futuro. El trastorno de pánico representa el miedo a las propias reacciones de ansiedad, con presencia de ataques de pánico recurrentes, y la agorafobia se produce cuando nos da mucho miedo tener un ataque de pánico en un lugar en el que no nos sentimos seguros, por lo que tratamos de evitarlos, etc. Así mismo, no tenemos que olvidar los trastornos de ansiedad más característicos de la infancia, como por ejemplo el trastorno de ansiedad por separación o el mutismo selectivo. Lo importante para que estos síntomas puedan considerarse un problema o trastorno psicológico es que, o bien provocan una interferencia importante en algún área relevante de nuestra vida o bien nos producen un malestar clínicamente significativo.

Así mismo, es conveniente no olvidar otros trastornos que, aunque hoy en día se les ha separado de la clásica etiqueta de "trastornos de ansiedad", tienen ésta como un factor nuclear en su descripción y funcionamiento, como son los trastornos obsesivo compulsivo y sus trastornos relacionados o los trastornos derivados del estrés (trastorno de estrés agudo, trastorno de estrés postraumático, etc.).

¿Cómo puedo saber si tengo un trastorno psicológico, de ansiedad o de otro tipo?

Puede ser que se tenga alguno de estos trastornos si desde hace un tiempo y de una forma continuada existe alguno de los siguientes síntomas:

  • Preocupación recurrente sobre una amplia variedad de temas, pensamientos obsesivos que generan un gran malestar, rumiación constante sobre aspectos negativos del pasado y/o pensamientos negativos sobre uno mismo, el mundo y el futuro.
  • Incapacidad de gestionar emociones como la ira, la ansiedad, la tristeza, el miedo, la culpa, la frustración, etc., de modo que su aparición obstaculiza el bienestar e interfiere en diversas áreas de la vida.
  • Aparición de sensaciones físicas de carácter psicosomático como dolores de cabeza, opresión en el pecho, tensión muscular, problemas digestivos, sudoración excesiva, mareos, taquicardias, sensación de ahogo, náuseas, etc.
  • Desarrollo de múltiples comportamientos destinados a la evitación de situaciones, pérdida del interés por actividades y disminución del tiempo dedicado a ellas, aislamiento social, conductas impulsivas, conductas agresivas, de comprobación y reaseguración, planificación excesiva, dejar tareas inacabadas, etc.

¿Este tipo de problemas afectan también a niños y adolescentes?

Sí, y cada vez están más presentes. Es muy importante detectarlos a tiempo y aplicar tratamientos adecuados para evitar la intensificación del problema y la cronificación de conductas, pensamientos y emociones que, a la larga, pueden ser más difíciles cambiar.

El abordaje de los problemas que afectan a niños y adolescentes ha de estar adaptado a su edad, teniendo muy en cuenta su momento evolutivo, y ha de implicar a su entorno, al menos, al más cercano (padres, escuela, etc.).

¿Se puede evitar un problema de baja autoestima en un adolescente?

Por supuesto. La adolescencia es una etapa vital donde se experimentan muchos cambios a muchos niveles y en el que el adolescente se va definiendo y encontrando a sí mismo. La familia sigue siendo un pilar básico, pero el medio escolar y el grupo de iguales van tomando cada vez más importancia, además del creciente uso de las redes sociales. Será crucial atender a todos estos ambientes, buscando que en ellos los adolescentes encuentren modelos adecuados, y también educarles en el cuidado de sus emociones, en el establecimiento de relaciones sanas, en la promoción de su salud, en el establecimiento de un tiempo de ocio saludable… Todo esto ayudará a prevenir el desarrollo de conductas de riesgo y ayudará al adolescente a crear un autoconcepto positivo y un entorno donde se sienta aceptado, valorado, útil y respetado; la base de una adecuada autoestima.

26 de febrero de 2020 | Tema: Psicólogo


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Irene Gracia Gracia (Studiopsicología)

Psicóloga en Zaragoza - Psicología

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