Doctor Luis Emilio Fernández Portes

Me hizo un cambio de medicamento que me sentó fatal, y cuando se lo dije vi que ni recordaba lo que me había mandado. El profesional mas nefasto y dañino con el me he cruzado nunca.

Mi nombre es Ana Maria, tras una vida muy dura de altos y bajos y de visitar psiquiatras, psicólogos clínicas etc... Fue conocer a doctor Don Luis y dio en la Diana conmigo en tratamiento y psicológicamente me ha ayudado enormemente, siempre está ahí en cualquier bajón que tenga esta siempre disponible desde su secretaria súper amable a él, cuando tengo cita ni me lo pienso estoy ahí al pie del cañón ya que el hablar con el es mi fuga de escape y el trato es de total ser humano gracias gracias

A mí hace años me atendió estando embarazada, y tengo que decir que fue amable, comedido, tuvo mucha precaución con el tratamiento, y mi todo fue perfectamente.

Hay mucha desinformación sobre la salud mental y demasiado estigma social. Tras pasar por varios médicos y tratamientos, ha sido el único médico psiquiatra que, en tiempo récord, ha sabido ganar la batalla de una enfermedad incurable y ha sabido ayudarnos a cuidarla, es nuestro médico de la conducta y se ha convertido para siempre en nuestro médico de cabecera. Pionero en Sevilla de ser un verdadero artesano del alma, respetando su noble profesionalidad sólo me queda agradecer cómo nos ha ayuda

Maravilloso profesional. Ojo clinico increible, acertó con el diagnostico de un familiar enseguida y 'eso que habiamos visitado otros sin resultado.
Puntualidad máxima
Atencion inmejorable

Nada

Nada bueno. Me atendió cada 3 meses durante 5 minutos interrumpiendo y recetando la misma medicación durante dos años. No le he visto el mínimo interés. Quizás es por pertenecer a Adeslas MUFACE. Supongo que pondrá más interés si se va sin seguro médico.

Es muy puntual porque escucha 5 minutos al paciente y lo corta, sin preguntarle si le queda algo importante por añadir. El tipico medico del seguro al q le da igual recetarte un analgesico q un antipsicotico, es decir, q el paciente le importa nada