"Al principio eran muy pocas las enfermedades que a nivel embrionario se podían diagnosticar. Y ahora con técnicas no muy complejas se pueden analizar cualquier enfermedad con base genética. A nivel de DGP enfermedades cromosómicas, las técnicas diagnósticas de array-CGH y la secuenciación masiva han sido una revolución."
Belén Lledó es licenciada en biología, doctora en biología molecular y especializada en el área de genética humana. Acaba de finalizar un master de Bioinformática cuyo objetivo es ofrecer herramientas informáticas para analizar los datos de secuenciación masiva. Es madre de tres hijos pequeños; aficionada a la lectura, la natación y el pop español. Es la directora científica de IB Biotech, que entre otras, posee una rama de estudios y aplicación de soluciones genéticas y de biología molecular de Instituto Bernabeu. Le apasiona lo que hace y sobre todo, la oportunidad de investigar y aplicar los avances.
Siempre he querido ser profesora. Soy la pequeña de cuatro hermanos y eso me ha marcado. Han sido como cuatro padres. De pequeña jugaba a ser profesora. En bachiller tuve una profesora de biología que me marcó. Nos hizo ver que la biología humana todo está interconectado y además se hereda. Ahí me di cuenta de que lo que quería dedicarme a la biología molecular y genética.
Soy muy inquieta. No paro. Por eso en un sistema burocratizado no me encuentro cómoda. Tras los tres años de tesis doctoral pensé que debía buscar otra actividad. A principios de los años 2000 comencé a trabajar en el Centro de Genética Humana y la empresa empezó a colaborar con Instituto Bernabeu. Cuando terminó la vinculación el doctor Rafael Bernabeu me hizo una oferta y empecé en 2004 a trabajar en el departamento de genética. Como eran los principios de la genética en medicina reproductiva teníamos mucho trabajo por hacer.
Ha sido una revolución. Creo que la ciencia y la medicina son multidisciplinares y yo lo he vivido. La genética iba avanzando de forma aislada y la medicina reproductiva también, su asociación es lo que ha permitido grandes avances. Al principio las pruebas genéticas eran muy pocas. Había muy poco conocimiento de cómo la genética puede influir a la fertilidad. El gran hito ha sido el diagnóstico genético preimplantacional (DGP) y en Instituto Bernabeu lo hemos vivido desde el principio.
Al principio eran muy pocas las enfermedades que a nivel embrionario se podían diagnosticar. Y ahora con técnicas no muy complejas se pueden analizar cualquier enfermedad con base genética. A nivel de DGP enfermedades cromosómicas, las técnicas diagnósticas de array-CGH y la secuenciación masiva han sido una revolución. Y esto hace unos años era impensable.
La genética ayuda a personas con problemas de fertilidad o con problemas genéticos. El DGP nos servía al principio cuando las parejas venían con una enfermedad hereditaria; luego nos dimos cuenta de que podemos mejorar la selección de los embriones de parejas que llegaban con problemas de fertilidad ya que descubríamos que presentaban alteraciones genéticas. Si podemos seleccionar embriones sin esas alteraciones podemos mejorar las tasas de embarazo.
Se han dado grandes pasos en apenas unos años. Las primeras parejas no tenían problemas de fertilidad, buscaban una solución a enfermedades hereditarias que querían evitar; ahora la genética nos sirve para mejorar la fertilidad en parejas que vienen porque no pueden ser padres.
Instituto Bernabeu tiene una clara apuesta por la genética, tanto que en 2009 se creó Instituto Bernabeu Biotech porque vimos que la genética era un valor añadido a la medicina reproductiva y quisimos ofrecer nuestros servicios con una compañía de genética propia y de esta forma hacer accesible y universalizar la genética a todos los pacientes y a otras especialidades.
Hay diferentes responsables de las áreas y personal que rota por las diferentes áreas. Yo soy responsable de Biotech que, junto con los supervisores de área, que lo hacen de forma impecable, nos aseguramos de ofrecer nuestros servicios de forma excelente a nuestros pacientes. Contamos con personal facultativo y técnico. Hay quienes se dedican más al trato con el paciente y la recogida de muestras. Y otros quienes las analizan e informan de los resultados. Contamos con mucha gente formada investigando nuevos protocolos y nuevos test. Yo organizo el trabajo del laboratorio y al personal, los controles de calidad y las auditorías, formación e investigación y en el día a día me dedico, principalmente, a las técnicas de secuenciación masiva interpretando resultados y elaborando informes. Lo que más me gusta es no perder el contacto con el día a día del laboratorio, como yo lo llamo “cacharrear”.
De lo que más orgullosa me siento es del equipo que forma Biotech y en extensión de todo el grupo IB. Es difícil tener un grupo de gente, cada uno con su personalidad, intereses, inquietudes y que todos piensen igual, ir en la misma dirección y mantener un nivel de convivencia. Pasamos muchas horas juntos y a pesar de ello el equipo se mantiene unido y con motivación. En mi opinión, el sentimiento de pertenencia al grupo y el reconocimiento que lo que hace cada uno ayuda a que el proyecto salga adelante nos motiva a todos. Desde el primero al último son importantes. Desde el que tiene la idea, el que anima a hacerlo, el que la critica y hasta el que hace otro trabajo que te permite hacer una investigación.