Los callos y durezas, helomas, "ojos de pollo", etc., se caracterizan porque la piel se engrosa y se endurece, en determinadas partes del pie, provocando molestias e incluso dolor. Es importante determinar la causa de este engrosamiento, para un tratamiento adecuado por parte del podólogo. Las causas pueden ser biomecánicas, provocadas por roces o presiones en zonas concretas debidas a:

  • La forma de caminar
  • La estructura del pie, ya que los pies planos, valgos y pies cavos pueden dar lugar también a los callos y durezas
  • Deformación de los huesos del pie, como los juanetes, dedos en garro o dedos en martillo, que provocan rozaduras con el calzado
  • Determinados calzados con excesivo tacón, punta estrecha, calzado de seguridad, etc. pueden provocar estas presiones 

La quiropodia es la forma de denominar al tratamiento de los callos y durezas por parte del podólogo, que consiste en su eliminación con las técnicas y materiales adecuados, siempre esterilizados o desechables, para evitar contagios. Sin embargo, para que no vuelvan a aparecer los callos y durezas, habrá que corregir las causas que los produjeron, bien mediante plantillas a medida, cambio de calzado, ortesis de silicona, y si son más complejos, incluso con la cirugía podológica.

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Preguntas y respuestas sobre callos y durezas

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