Cirugía para controlar las crisis epilépticas
Como alternativa a los fármacos antiepilépticos, eficaces para el 80 por ciento de los pacientes, la cirugía consigue acabar con las crisis epilépticas en un 70 por ciento de ellos, además de reducirse a más de la mitad la frecuencia e intensidad de las mismas en la mitad de los casos más complejos.
Frente a una cirugía convencional, aplicada a los pacientes que no han respondido a los fármacos y tienen una epilepsia parcial (localizada en un área del cerebro), las técnicas quirúrgicas paliativas se aplican a los casos más complicados.
Para muchos enfermos aquella no es conveniente. "No se les puede ofrecer una cirugía convencional curativa y se les somete a técnicas paliativas", explica el doctor Rafael García de Sola, Jefe del Servicio de Neurocirugía del Instituto de Neurociencias Avanzadas de Madrid (INEAMAD) del Hospital Nuestra Señora del Rosario.
En estos casos más complejos, fundamentalmente se realiza la estimulación del nervio vago y la estimulación cerebral profunda. La primera, indicada cuando no se responde al tratamiento farmacológico ni a la cirugía convencional o no pueden operarse, se implanta un electrodo en el nervio vago (a la altura del cuello), y se envían estímulos intermitentes desde un dispositivo.
La estimulación cerebral profunda, por su parte, consiste en implantar electrodos a nivel del tálamo y estimularlo. Tanto en uno como en otro caso el 50 por ciento de los pacientes consiguen disminuir más del 50 por ciento el número de las crisis, señala el especialista con motivo del Día Nacional de la Epilepsia, celebrado el 24 de mayo.
Mayo 2016, Infosalus
Técnicas de neurocirugía contra la epilepsia
Los neurocirujanos del Hospital Clínic han logrado eliminar un foco epiléptico en el cerebro de un bebé, sin riesgo de lesionar con el bisturí neuronas sanas pertenecientes a funciones como el habla, la vista o la movilidad. En la actualidad, un 17% de estas cirugías se hacen en menores de 17 años, mientras que hace 10 años esto era impensable.
Así, más de 120 niños con edades comprendidas entre las dos semanas de vida y los 17 años han podido acceder durante los últimos tiempos a intervenciones de este tipo, y han podido eliminar las crisis epilépticas violentas que sufrían y que afectaban mucho a su calidad de vida y podían causar lesiones cerebrales. Además, este hospital ha logrado operar a un millar de personas afectadas por la epilepsia o por fallos neuronales que causan incluso trastornos del movimiento. En concreto, el más grave en este sentido es el párkinson.
Según los expertos, el avance en estas técnicas ha conseguido que muchas personas se beneficien de ellas y puedan llevar un mejor nivel de vida sin los síntomas propios de estas patologías que merman mucho la vida diaria de los enfermos.