Cirugía de las vías lagrimales

Hablar de cirugía de las vías lagrimales significa hacerlo, inevitablemente, de la obstrucción del lagrimal o diacriocistitis, patología que puede recomendar este tipo de intervención quirúrgica.

Obstrucción del lagrimal

Se trata de una patología relativamente común, que consiste en la acumulación de la lágrima por obstrucción de las vías lagrimales, por lo que se produce un constante lagrimeo.

El continuo lagrimeo, conocido como epífora, no solo produce la incomodidad propia de la situación y de la dificultad de cerrar el ojo por completo, sino también picores y enrojecimiento en la zona, acompañado de legañas.

De hecho, la obstrucción de este conducto que transporta las lágrimas desde la superficie del ojo hasta la nariz, hace que éstas se acumulen, ya que no existe el necesario drenaje, provocando visión borrosa, dermatitis o irritación crónica de los párpados.

En casos severos puede producirse una infección bacteriana acompañada de secreción de pus a través del ojo, además de fiebre, malestar general, dolor al tacto y signos de inflamación en su borde interno.

Suele producirse en recién nacidos y en personas adultas, con una incidencia de entre un 14 y un 20 por ciento en los cuarenta, aumentando hasta un 40 por ciento a partir de los cincuenta años. En cifras generales, se trata de una enfermedad que afecta a entre el 2 y el 2,5 por ciento de la población, sobre todo a las mujeres.

Por su parte, en los niños se produce por la falta de desarrollo del conducto lagrimal, si bien la mayoría de los casos se soluciona espontáneamente. Es decir, acaba desapareciendo, sin mayor problema.

Además de estos casos infantiles provocados por la falta de desarrollo, son muy distintas las posibles causas que ocasionen dicha obstrucción, entre ellas las inflamaciones, traumatismos o infecciones a nivel ocular. Asimismo, la obstrucción del lagrimal puede deberse a alteraciones de las fosas nasales, como la desviación del tabique, pólipos, tumoraciones o, entre otras posibles causas, problemas en el drenaje de la lágrima.

Diagnóstico y tratamiento de la obstrucción de las vías lagrimales

El lagrimeo constante y signos externos de infección son los que llevan al diagnóstico de obstrucción, si fuese necesario mediante la aplicación de diversas pruebas para valorar su gravedad. En algunos casos, sobre todo cuando existe un componente congénito, se puede solventar mediante masajes regulares en la zona del saco lagrimal, que también pueden realizarse bajo anestesia para desobstruir las vías lagrimales.

La inflamación más frecuente del saco lagrimal, conocida como dacriocistitis, se suele tratar con fármacos (antiinflamatorios y antibióticos) y drenaje quirúrgico para facilitar la salida del pus.

Únicamente en caso de no dar resultado, se recurrirá a la cirugía, sobre todo si el lagrimeo resulta especialmente incómodo. En todo caso, lógicamente, cada paciente debe ser evaluado de forma particular para valorar la conveniencia o no de operar.

¿En qué consiste la cirugía de las vías lagrimales?

En la mayoría de las ocasiones, la cirugía de obstrucción de las vías lagrimales es la única manera de solucionar este problema. Por lo general, consiste en realizar una técnica conocida como dacriocistorrinostomía que consiste en abrir la comunicación entre la nariz y el saco lagrimal.

El acceso al saco lagrimal se realiza mediante un corte en la piel, gracias al cual se puede realizar la comunicación a la fosa nasal. Es decir, se busca restablecer la comunicación desde el ojo a la nariz a través de una intervención externa o bien interna.

La intervención endonasal, por dentro de la nariz, es más frecuente, se lleva a cabo con láser y su posoperatorio es mejor, además de no requerir anestesia. Por contra, aunque es menos habitual también se puede realizar de forma externa, especialmente útil cuando hay infección o se sospecha de un tumor en el saco lagrimal.

Aunque el método convencional ofrece buenos resultados, supone realizar una incisión, por lo que no deja de ser una intervención invasiva que muchas personas prefieren evitar.

Por contra, con la dacriocistorrinostomía endocanalicular láser se evita la cicatriz externa, ya que se utilizan las vías anatómicas naturales. Esa menor agresividad en la intervención se consigue introduciendo una fibra láser por el punto lagrimal hasta llegar al punto de la obstrucción y volver a abrirse el conducto lagrimal en un punto superior.

Es una intervención que dura apenas 15 minutos, mínimamente invasiva, que se realiza con la ayuda del control con videoendoscopia nasal para así identificar el punto exacto donde se abrirá dicho conducto. Finalmente, se dejan unos pequeños tubos de silicona para mantener la abertura, que se retiran unas semanas después de la intervención.

Por último, si bien existen distintas técnicas mínimamente invasivas para abordar la obstrucción del conducto lagrimal, ésta probablemente es la que mejores resultados está teniendo. Además de no precisar incisión, el sangrado es mínimo, lo cual ayuda a intervenir al margen de la edad o de patologías asociadas del paciente.

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Nueva técnica de cirugía endonasal de las vías lagrimales

Cirugía de las vías lagrimales

El Hospital General Universitario de Santa Lucía acaba de empezar a aplicar una nueva técnica en el Área de Salud número 2 que abre una nueva posibilidad para tratar la obstrucción de la vía nasolagrimal de un enfermo. Para ello se analiza se usa cirugía de las vías lagrimales mínimamente invasiva que hasta ahora no formaba parte de la oferta del centro y que no requiere ingreso hospitalario.

El instrumental tecnológico que usa el Hospital Santa Lucía junto a los conocimientos y la experiencia de los especialistas en oftalmología y otorrinolagingología han hecho posible que esto se ponga en marcha.

Esta nueva metodología se denomina Dacriocistorrinostomía transcanalicular y para practicarla se usa un láser diodo, que permite restablecer la comunicación entre las vías lagrimales y las fosas nasales por vía endonasal sin necesidad de hacer una incisión en la piel. Así, se introduce a través del punto del lagrimal de paciente una sonda que emite un láser que realiza un drenaje de la lágrima en la nariz para poder recuperar la función normal de esta zona en el paciente. Se trata de una tecnología novedosa que mejorará la calidad de vida de decenas de pacientes y que permite una recuperación muy rápida.

 

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