El control del embarazo son las revisiones periódicas que realiza el ginecólogo a la mujer embarazada desde que se detecta el inicio de la gestación. La primera visita se realizará entre la sexta y octava semana con el objeto de confirmar el embarazo mediante una ecografía, determinar la fecha en la que quedó embarazada y por tanto del parto, descartar problemas adicionales, realizar análisis, aconsejar sobre hábitos de alimentación e higiene saludables y recetar fármacos si fuera preciso.
En las siguientes revisiones se realizarán controles del peso de la madre, de la presión arterial, crecimiento del útero en cm, movimientos y latidos del feto, ecografías y analítica.
Las visitas al ginecólogo para control de embarazo durante los primeros meses serán mensuales y en la última etapa semanales y es importante realizar un historial clínico familiar para evitar complicaciones inesperadas.
El ginecólogo y su equipo debará vigilar un adecuado desarrollo del feto y una evalución saludable de la madre. Para ello también se realizan pruebas complementarias como el hemogramo, urocultivo, serología para Hepatitis B, etc.
Existen situaciones en las que se precisa una consulta inmediata: Pérdida de líquido, hemorragia, dolor de abdomen, vómitos, desmayos y erupciones cutáneas, entre las más destacadas.
El control del embarazo sirve también para determinar su grado de riesgo, y por tanto la medida de la atención.
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Una sencilla prueba para detectar la preclampsia
Investigadores de la Universidad Estatal de Ohio han descubierto que una prueba muy simple podría detectar una condición del embarazo que ya es una de las más mortales del mundo. La preclampsia se da en entre un 5% y un 8% de las gestaciones y se caracteriza por una presión arterial alta y la concentración de una proteína en la orina.
Se trata de el primer trastorno por el que los médicos deciden que los niños vengan al mundo antes del plazo previsto y causa un 18% de las muertes en madres en todo el mundo. Se trata de una enfermedad difícil de diagnosticar y puede conducir a una patología con una mortalidad muy alta y que ya es la quinta causa de muerte en madres y bebés: la eclampsia.
Estos investigadores se esforzaron por reducir los riesgos en las embarazadas y los fetos con un diagnóstico no invasivo, que se realiza con un tinte rojo sobre el papel y que ha ayudado a idenficar estos casos en el grupo de muestra. Sirve como base para establecer un nuevo proceso de diagnóstico que podría salvar la vida de muchas madres y sus bebés, al detectarse a tiempo la preclampsia y poder tratarla antes de que empeore la previsión.
Un biomarcador para conocer el riesgo de preclampsia
Científicos de la Universidad de Viena, en Austria, han descubierto una serie de biomarcadores que se pueden ver en los análisis sanguíneos y que podrían ayudar a la prevención de la preclampsia durante el embarazo. Es la segunda causa de muerte en mujeres en periodo de gestación y la principal en complicaciones graves para la madre durante el embarazo, por eso este descubrimiento tiene una gran importancia para esta especialidad.
No se conoce con exactitud la causa de la preclampsia, pero se sabe que está relacionada con una función anormal del plasma que provoca que el feto no reciba suficiente oxígeno ni alimentos. Los síntomas que pueden hacer temer por este resultado son los dolores de cabeza, el aumento de peso o la hipertensión.
El resultado puede ser una hemorragia cerebral, un edema pulmonar o la insuficiencia renal, que hasta ahora solo eran visibles a través de las pruebas concretas. Ahora, existe la posibilidad de detectar la posibilidad de padecer preclampsia en las semanas siguientes al análisis de sangre a través de la identificación del cociente de dos proteínas, lo que supondría una nueva forma de prevención de la enfermedad y una posibilidad de empezar antes el tratamiento.
La preeclampsia podría asociarse con enfermedades cardíacas del feto
La preeclampsia podría asociarse con defectos cardíacos en el feto, según se deriva de un reciente estudio en el que participaron más de 1,9 millones de madres y niños. Esta enfermedad se caracteriza por la hipertensión durante el embarazo y un exceso de proteínas en la orina. Hay que partir de la base de que las enfermedades cardíacas son la principal causa de enfermedad y muerte infantil, que se da en 8 de cada 1.000 niños. Muchas veces las causas no se conocen, por lo que este estudio podría arrojar luz sobre el tema.
La universidad de Quebec, en Canadá, llevó a cabo un estudio entre 1989 y 2012 en el que se examinaron los nacidos vivos de la provincia, incluyendo bebés con o sin defectos cardíacos. Se compararon los defectos cardíacos en los pequeños que habían sido concebidos en una gestación con preeclampsia y los que no, comparando los datos.
Se detectó una mayor prevalencia de las enfermedades cardíacas en aquellos niños cuyas madres habían sufrido la patología durante la gestación, tanto en defectos críticos como no críticos. Este estudio puede ayudar a profundizar en las implicaciones de esta enfermedad y poder tomar cartas en el asunto para evitar consecuencias no deseadas tanto en la madre como en el niño.
Ginecólogos piden una mayor prevención en la exposición a químicos
La Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia pide a los profesionales una mayor constancia en la prevención de la exposición a tóxicos químicos que se detectan en las fases de reproducción. Según los expertos, los químicos de este tipo afectan a la reproducción humana al aumentar su exposición. Síntomas como el aborto, muerte fetal o el crecimiento anormal del embrión, así como malformaciones congénitas son más frecuentes en los últimos tiempos.
Algunos de los componentes mencionados son los pesticidas, el aire contaminado, algunos plásticos y disolventes, que también provocan otros problemas como hiperactividad. Profesionales de más de 100 países han presentado un informe con las opiniones de expertos de países como Estados Unidos, Reino Unido o Canadá, y ha sido avalado por la Organización Mundial de la Salud con motivo del XXI Congreso Mundial en Vancouver (Canadá).
Evitar la exposición a estos componentes puede evitar desde problemas durante el propio embarazo hasta síntomas tras el parto, por eso se pide una mayor concienciación y que se dote de la información adecuada a los pacientes de esta especialidad. Los casos de sintomatología relacionada con estos químicos han aumentado en las últimas décadas, por eso se pide un mayor control de los procesos de exposición.