La dermatología pediátrica se encarga del tratamiento de las enfermedades que afectan a la piel, durante los primeros años de vida, desde que se nace, hasta la adolescencia, siendo uno de los motivos más frecuentes de tratamiento médico en esa edad. Los problemas que afectan a la piel durante la infancia suelen deberse a alergias o a infecciones víricas leves. Pero también pueden ser enfermedades crónicas, donde un tratamiento y detección temprana serán claves para evitar mayores problemas futuros.
Entre las alteraciones de la piel tratadas de forma más frecuente por la dermatología pediátrica, nos encontramos con:
- Dermatitis atópica: Se conoce también como eczema y se caracteriza por una erupción roja, acompañada de mucho picor y comezón, provocando un rascado y frotado, difícil de controlar por el niño. Provoca mayor sensibilidad de los niños que la padecen a factores externos. Es importante su control, para evitar que el niño sea más propenso a padecer asma, alergias alimentarias o rinitis alérgica. Se puede tratar con antihistamínicos, para la comezón, humectantes, corticoesteroides, entre otros, siempre bajo la prescripción del dermatólogo.
- Manchas en la piel: Es importante determinar su origen, entre ellas, están los lunares y angiomas.
- Infecciones de la piel: Como por ejemplo la varicela, infecciones por hongos, candidiasis, etc
- Dermatitis seborreica, que afecta al cuero cabelludo del bebé, apareciendo una especie de escamas y que se conoce como “costra láctea”.
- Acné: Afecta en la adolescencia, sobre los 11 o 12 años, los tratamientos son variados, siendo los hábitos de cuidado de la piel, fundamentales
- Otras alteraciones que también pueden padecer los niños, pero de forma mucho menos frecuente son la psoriasis, alopecias, rosácea, etc
Un aspecto importante en un dermatólogo pediátrico, es que además de conocer las enfermedades sabrá cómo examinar y la manera de tratar a los más pequeños, para que se sientan relajados.