El embarazo conlleva una serie de cambios para el organismo, entre ellos un aumento de las necesidades de nutrientes y de energía de la futura madre, repercutiendo a su vez la alimentación sobre el desarrollo del feto y sobre el buen estado de salud de la embarazada. El control del peso durante el embarazo, por parte de un nutricionista o profesional especializado es muy importante; y para saber cuál es la ganancia correcta de peso, habrá que partir del Cálculo del Índice de Masa Corporal, previo al embarazo, ya que mujeres con poco peso antes de quedarse embarazadas tendrán que subir más de peso, que mujeres con sobrepeso. Por ello, los famosos 9 kg a engordar durante el embarazo son relativos.
En los primeros meses de embarazo disminuye el metabolismo basal, lo que significa que el cuerpo no necesita tantas calorías para seguir funcionando, lo que hará que las embarazadas aumenten más de peso. Lo que si son necesarias son las vitaminas B1, B2, C y ácido fólico, presente en verduras como la espinaca o la acelga, las hortalizas, lácteos o frutas.
A partir de los cuatro meses, la embarazada empieza a producir nuevos tejidos y por eso aumentan los requerimientos de energía, para lo que son importantes las reservas generadas en la fase de dinero. Los micronutrientes precisados serán los mismos que en la primera fase de embarazo.
Náuseas, vómitos y mareos: Se recomienda comer algún biscote, galleta o pan antes de levantarse. Comer varias veces al día, evitando alimentos muy grasos o embutidos, cafeína o alimentos crudos. La infusión de menta y el zumo de piña también es buena. El aporte de hidratos de carbono en forma de pasta, legumbres, arroz o cereales, también es recomendable.
Ardor, reflujo o acidez en el estómago: Más frecuentes en los meses finales de embarazo. Se recomienda evitar picantes, cafeína, bebidas gaseosas, fruta en ayunas, alimentos fritos. Las comidas frecuentes ayudan, comiendo pequeñas cantidades.
Estreñimiento: Aparece entre el 3-6 mes de embarazo. Para evitar usar laxantes es de utilidad tomar 2 litros de agua diarios, el ejercicio físico y caminar, los alimentos integrales, semilla de lino, yogur, aceite de oliva en crudo.
Calambres: Los alimentos con magnesio o con vitamina B, como pescado, carne, huevos, frutos secos, legumbres, acelgas o espinacas, ayudarán a combatirlos.
Trastornos del sueño: Frecuentes en los últimos meses, se pueden combatir cenando ligero y más pronto, evitando cafeína, fritos, y bebiendo un vaso de leche caliente antes de dormir.