Aunque a continuación definiremos con más detalle la gastroenterología, de forma brevísima podemos afirmar que se trata de la especialidad médica que se ocupa de las enfermedades del aparato digestivo y órganos asociados. Por otra parte, el médico especialista en este ámbito se conoce como gastroenterólogo.
A continuación vamos a explicar de forma sencilla distintos aspectos relacionados con la misma desde un enfoque práctico que ayude al paciente. Si bien es cierto que el gastroenterólogo es el especialista del aparato digestivo, conocer más en profundidad esta especialidad nos ayudará a orientarnos como posibles pacientes.
La gastroenterología estudia el funcionamiento y patologías de los órganos del tracto digestivo y órganos asociados, como son el esófago, estómago, el hígado, las vías biliares, el páncreas, el intestino delgado, el colon y el recto. En cuanto a las subespecialidades principales, podemos citar la hepatología y la proctología.
Por un lado, la hepatología está centrada en las enfermedades hepáticas, mientras la proctología se orienta más en detalle al recto y el ano. Es decir, a la última parte del tracto digestivo
Por otro lado, es importante apuntar que la gastroenterología es una rama de la medicina que a menudo requiere un enfoque multidisciplinar. Es frecuente, por lo tanto, que se establezcan equipos o coordinación con otros especialistas, como neumólogos, cardiólogos, nutricionistas, cirujanos digestivos, oncólogos o, por ejemplo, endocrinólogos.
Son muchas las dolencias y problemas de salud en general relacionados con el área de actuación de la gastroenterología. Desde simples molestias hasta condiciones médicas más graves, todo un amplio abanico de problemas de salud.
Entre ellos, un ardor de estómago o una simple digestión pesada, una distensión abdominal, cólicos, cirrosis, colitis, cálculos biliares, tumores o, por ejemplo, reflujo gastroesofágico. Tengamos en cuenta que son cientos las patologías relacionadas con el sistema digestivo.
Lo que haga un gastroenterólogo en la primera cita, lógicamente, dependerá del perfil del paciente, tanto de su cuadro clínico como de otras circunstancias que el profesional estime conveniente considerar.
En algunas ocasiones, el médico de cabecera puede derivar a un gastroenterólogo si detecta problemas digestivos que lo requieran. O puede ocurrir, por otra parte, que el paciente acuda por derivación de un equipo médico perteneciente a una unidad hospitalaria, además de acudir el paciente por propia iniciativa.
Algunos síntomas exigen acudir al gastroenterólogo o incluso a urgencias. Es el caso de sufrirse dolores fuertes, podría tratarse de una obstrucción o perforación, así como de cálculos biliares. Por otra parte, conviene hacerlo cuando se presentan heces con sangre roja o negra o vómitos también sanguinolentos, ya que podría tratarse de una hemorragia digestiva.
En la primera cita, por lo tanto, el gastroenterólogo responderá en función de lo que exija la situación. En el caso de acudir para realizarse exámenes preventivos, aconsejables especialmente en el caso de ser personas mayores de 50 años, se procederá a iniciar el protocolo de realización de los mismos. Es decir, se comenzará por revisar el historial clínico y a hacer una serie de preguntas pertinentes para posteriormente realizar un reconocimiento o incluso alguna prueba.
En términos generales, el gastroenterólogo recopilará información de anteriores pruebas relacionadas con el estado de salud del paciente, y también tomará nota de posibles antecedentes personales y familiares en problemas de salud digestivos. Sin olvidar, por otra parte, información relevante sobre la salud en general del paciente, sobre todo incidiendo en posibles problemas de salud a nivel cardíaco, neurológico o pulmonar.
Las pruebas preventivas o diagnósticas, que pueden realizarse a cualquier edad, así pues, se ajustarán a cada paciente. Por ejemplo, dependiendo de la edad, antecedentes personales y/o familiares y determinadas características del mismo, las pruebas pueden orientarse a determinadas enfermedades más frecuentes.
Entre otras, la hepatitis C, el cáncer de colon y posibles problemas en la próstata o el recto cuando (prueba denominada tacto rectal) se sobrepasan los 55 o 60 años, así como en pacientes considerados de alto riesgo. Posteriormente, se realizará un seguimiento, lo cual conlleva la repetición de pruebas de forma periódica, dependiendo de cada caso.
La primera consulta suele durar alrededor de media hora y, además de recopilar información sobre el paciente, se realizará un examen al mismo en el que el profesional auscultará al paciente y palpará las áreas claves buscando la normalidad o anormalidad, en caso de acudir por molestias o de presentarse signos que puedan hacer sospechar de algún problema.
En caso de acudir al gastroenterólogo por molestias concretas, la información irá más allá de una conversación sobre el estado de salud general y a nivel digestivo. Además de palpar el hígado, auscultará el abdomen, y el corazón.
Por último, las ecografías, el tacto rectal y las endoscopias son algunas de las pruebas diagnósticas y terpéuticas de esta especialidad que pueden formar parte de un examen más exhaustivo.