Glándulas salivares

Las glándulas salivares se encuentran en la boca, una información que, por su mismo nombre, es muy fácil intuir. Sin embargo, hay muchos aspectos de esta parte de nuestra anatomía que son desconocidas para la mayor parte de la población. El cirujano maxilofacial será el responsable de identificar y tratar los problemas que afectan a las glándulas salivares.

¿Cuáles son las glándulas salivares y cuál es su función?

Las glándulas salivares se componen de tres pares de glándulas grandes y cientos de ellas pequeñas. Su función principal es la de producir saliva, cuya segregación hacia la boca se produce a través de una serie de aberturas llamadas ductos.

Es decir, dichas glándulas segregan la saliva y ésta llega a la boca gracias a los mencionados conductos. A su vez, la función de la saliva está relacionada con la facilitación de digestión, puesto que ayuda a ablandar los alimentos, con el fin de masticarlos y tragarlos con mayor faclidad.

Además de ayudar a digerir la comida, su composición desinfectante ayuda a limpia la boca y, por otro lado, contiene anticuerpos que ayudan a sistema defensivo de nuestro organismo.

Principales enfermedades de las glándulas salivares

Las patologías de las glándulas salivares son numerosas, si bien pueden dividirse en dos grupos principales, sean o no neoplásicos o tumorales. Por un lado, encontramos las enfermedades no neoplásicas, en las que se incluyen patologías que provocan su inflamación, hipertrofia, infecciones o distintos problemas con los conductos salivales.

Por otro lado, las patologías de las glándulas salivales neoplásicas o tumorales pueden ser o benignos o malignos, dentro de los cuales, a su vez, encontramos diferentes tipos de tumores.

Igualmente, las distintas enfermedades afectan a diferentes glándulas salivales, fundamentalmente a la glándula parótida (que se encuentra en la mejilla, delante de la oreja), la sublingual (debajo de la lengua) o las glándulas submandibulares que, como su propio nombre indica, se encuentran debajo de la mandíbula.

Diagnóstico de las patologías de las glándulas salivares

Las diferentes patologías exigirán un tratamiento personalizado, que se ajuste a cada paciente tras realizar los exámenes pertinentes. Entre otras pruebas diagnósticas, nos encontramos con las biopsias de la glándula salival o sialogramas, un tipo de radiografías de exposición baja que aportan información de los conductos y glándulas salivares.

Los resultados de las pruebas pueden tener muy distintos significados. Cuando se encuentran resultados anormales comúnmente se debe a cálculos o sialolitos en los conductos, un estrechamiento en los mismos, inflamaciones o infecciones, así como tumores benignos o cancerosos.

Posibles tratamientos de las patologías de las glándulas salivares

El tratamiento, lógicamente, varía en función de la enfermedad de que se trate. Si estamos ante un caso de obstrucción de los conductos por unas piedras, el masaje de la glándula puede resultar suficiente para lograr una importante mejora.

Otros tratamientos incluyen la estimulación de la actividad para aumentar la producción de la saliva con el fin de arrastrar esos pequeños cálculos. Para ello, en ocasiones son de gran ayuda los caramelos y aumentar la ingesta de agua y líquidos en general. ,

Por lo general, salvo que la intervención quirúrgica sea una necesidad, el enfoque será conservador. Si el problema no se solventa, ya sea por seguir bloqueados los conductos o, por ejemplo, si existe una infección recurrente, se estudiará un tratamiento desde una visión multidisciplinar.

De hecho, en ocasiones un sistema inmune débil por cualquier motivo (pacientes con enfermedades crónicas como la diabetes o el VIH, entre otras muchas) puede explicar esta recurrencia.

En cuanto a los tumores benignos, hay que tener en cuenta que algunos pueden tranformarse en malignos. Es decir, ser precancerosos, una cuestión que deberá valorar el cirujano maxilofacial. Aun así, el riesgo es pequeño, pero, en los casos de más riesgo, lógicamente no puede dejar de descartarse. Sólo así se podrán tomar las medidas preventivas oportunas.

Cirugía de extirpación de tumores en las glándulas salivares

La cirugía realizada para la extirpacion de los tumores benignos en esta área se llevan a cabo de forma microscópica. Aun así, el cirujano cuenta con la necesaria tecnología como para retirar el tejido un un margen suficiente para evitar la recurrencia.

Por último, los tumores malignos se tratan en función de los resultados radiológicos y del tipo de cáncer. En definitiva, dependiendo de lo que aconseje cada diagnóstico. En estos casos, la extirpación se realiza, siempre que sea posible, con un mayor margen para así aumentar las probabilidades de que el riesgo de propagación se minimice.

En este sentido, la fase en la que se encuentre el cáncer de glándulas salivares será decisivo a la hora de plantear una cirugía más o menos amplia. El objetivo será siempre buscar una eliminación completa, aunque hay que tener en cuenta que no todos los tumores son igual de agresivos ni pueden controlarse de igual modo. De nuevo, un diagnóstico temprano es siempre una mayor garantía de cara a que la cirugía sea un éxito, tras la cual normalmente se somete al paciente a sesiones de radioterapia.

Imagen: Dr. Ogen en Wikimedia

Preguntas y respuestas sobre glándulas salivares

Noticias sobre Glándulas salivares

El gusto por la sal podría ser genético

Los factores genéticos influyen de forma importante en las percepciones del gusto, en concreto en el excesivo gusto por la sal, según concluye una reciente investigación estadounidense llevada a cabo por la Universidad de Kentucky.

La investigación demostró que tener una de las dos variantes más comunes de un gen denominado TAS2R38 se traduce en una mayor sensación del gusto amargo, razón por la que fácilmente rechazarán los vegetales de hojas verde oscuro, entre otros alimentos cardiosaludables que tienen este sabor. Por contra, se observó que aumentaban su consumo de sal.

Al comparar a estas personas con una o dos de las variantes de este gen con otras que no lo tienen se halló que esa mayor percepción del sabor amargo disparaba el consumo de sodio. En concreto, tendían a tomar casi el doble (1,9 veces) más que el límite diario mínimo recomendado de sal, no superior a 2.3 mg diarios.

Si bien los factores genéticos que influyen en el gusto por lo general no son una cuestión relevante para las personas, es importante tenerlos en cuenta, ya que "pueden afectar a la salud del corazón", explica Jennifer Smith, líder de la investigación, presentada en las Sesiones Científicas 2016 de la Asociación Americana del Corazón, celebrado en Nueva Orleans, Luisiana, Estados Unidos.

Es decir, no afectan a la salud del corazón de forma directa, pero sí al influir en los alimentos que se prefieren, apunta Smith, estudiante de doctorado de la Facultad de Enfermería de la mencionada universidad.

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