La infiltración es un tratamiento local, por el que se introduce una sustancia, que suele ser un medicamento, en el lugar donde se quiere que actúe. Normalmente tiene un efecto antiinflamatorio y las sustancias infiltradas pueden ser: esteroide de depósito o corticoide, por su gran poder antiinflamante, anestésico local, por su inmediatez, ácido hialurónico, sobretodo para artrosis de rodilla.
Las infiltraciones se recomiendan por el traumatólogo si se padece artritis, bursitis, artrosis, epicondilitis del codo, patologías de rodilla o inflmación en el hombro. No se realizarán más de tres al año por articulación.
Hay situaciones en las que puede estar contraindicada la infiltración, por lo que se recomienda comunicarlo al especialista: Si se tiene alguna infección en zona próxima a la infiltración, problemas de coagulación, hipertensión sin controlar, alergia a sus componentes, pacientes excesivamente ansiosos, embarazadas, diabéticos, etc