Manga gástrica

La manga gástrica es otro de los procedimientos para controlar la obesidad, que presenta resultados muy satisfactorios y permite perder más peso que con la gastroplastia vertical y con la banda gástrica, y un poco menos que con el bypass gástrico, pero presentando menos complicaciones que éste a medio y largo plazo. El procedimiento más idóneo para cada persona lo determinará el especialista en aparato digestivo y el cirujano general.

La intervención se realiza mediante cirugía laparoscópica mínimamente invasiva y consiste en dejar el estómago en forma tubular o de manga, reduciéndolo en un 85%, colocando para ello grapas longitudinalmente. No es reversible y requiere de anestesia general, dura entre 1-2 horas y se puede recuperar la vida normal a las dos semanas.

Los pacientes en los que está indicada la manga gástrica son los mismos en los que se recomiendan otros procedimientos de control de obesidad, es decir, que tengan un Índice de Masa Corporal, IMC, por encima de 40 o 35 si se tiene además diabetes o hipertensión. Es más exitosa en pacientes que no realizan picoteos o comen dulces de manera frecuente. 

La pérdida de peso tras la realización de la manga gástrica se debe a dos motivos:

• Reducción del estómago que provoca una sensación de saciedad más pronto, y comiendo menos, por lo que también se ingieren menos calorías y se pierde peso
• Se pierde ansiedad por comer, ya que se corta el fondo gástrico, donde se produce la Ghrelina, hormona que manda "avisos" al cerebro diciendo que tenemos hambre. Ahora se come, porque se sabe que hay que comer.

Una vez realizada la operación pueden presentarse molestias en el abdomen, que se tratarán con calmantes. La alimentación se tiene que incoporar progresivamente, primero con líquidos, luego con alimentos triturados, para finalmente pasar a los alimentos sólidos. En el primer año ya se perderá entre el 50-80% del exceso de peso y se observarán mejoras en problemas como la hipertensión arterial, diabetes, apnea del sueño, etc.

Es importante que la operación se acompañe de una incorporación de hábitos saludables, como el ejercicio físico, o cambios en la forma de comer, ingiriendo pequeñas cantidades sólamente comiendo más despacio y masticando bien.