La nutrición deportiva es una subespecialidad dentro de la dietética y nutrición, que se aplica a personas deportistas, de diferentes ámbitos como los deportes de resistencia, entre los que está el ciclismo, la maratón, y otros deportes como el fitness, el culturismo, el rugby o la halterofilia. Cada especialidad tendrá requerimientos diferentes, y por ejemplo un jugador de rugby con gran desgaste físico, tendrá que ingerir grandes cantidades de agua al día, por encima de 3 litros; un ciclista tendrá que tomar más glúcidos, que permiten realizar esfuerzos largos. Dependerá también de las características de la competición, duración, etc.
La práctica deportiva está determinado por tres aspectos fundamentales, la genética del deportista, su entrenamiento y la nutrición, que abarca los momentos de actividad física, de descanso y de recuperación. Los objetivos de las dietas que realiza el deportista pueden variar:
El nutricionista deportivo, antes de determinar cualquier tipo de dieta, tendrá que hacer un diagnóstico personalizado.
El primer paso será realizar un historial del deportista, basado en la situación física, salud, historial médico, aspectos personales y gustos, tipo de deporte y frecuencia en la práctica.
Se realizará un estudio de la composición corporal, que incluye el peso, los perímetros, el porcentaje de grasa, etc.
Se analizará el consumo de calorías en reposo del deportista, que es lo que se conoce como metabolismo basal, o lo que requerimos para que se mantenga la temperatura del cuerpo o para respirar. Dependerá de la edad, del sexo, del peso, etc.
Todo lo anterior permitirá determinar la dieta personalizada a seguir por el deportista, que determinará los macronutrientes, en concreto las proteínas, responsables del soporte estructural y los hidratos de carbono y lípidos, aportantes de energía, que debe contener, cuándo se deben ingerir, en qué cantidades, y con qué calidad.